El tres veces campeón del mundo ha anunciado hoy su retirada en el Circuito Ricardo Tormo, tras convocar una reunión extraordinaria junto al director de DORNA, Carmelo Ezpeleta.

Jorge Lorenzo Guerrero. Tal y como indica su apellido, el piloto mallorquín siempre se ha caracterizado por su perseverancia y carácter ambicioso. Un guerrero desde que, con tan sólo tres años, su padre le inyectara “el veneno de las dos ruedas”, tal y cómo él mismo narra en Lo que aprendí hasta los 30. La situación competitiva de Jorge, no obstante, dio un vuelco des de que en 2017 dejara la constructora que tantas victorias le había otorgado, Yamaha.

La valía de Jorge fue palpable des del primer minuto que llegó al Mundial de Motociclismo. Tras ganar dos títulos seguidos en 2006 y 2007 en la categoría de 250cc, los grandes constructores de MotoGP pusieron el foco sobre la trayectoria del joven piloto de Palma. Así fue como Lorenzo llegó a Yamaha en el año 2008, con dos mundiales en el bolsillo y un talento innato.

YAMAHA, LA MOTO DE ENSUEÑO

Fue dos años más tarde cuando Yamaha pudo confirmar lo que por aquel entonces ellos ya habían predicho: Jorge consiguió ganar su primer mundial en la categoría de MotoGP. Curiosamente, también dos años más tarde de aquel primer título, llegó el segundo, el de 2012. En el año 2015, consiguió su tercer título, demostrando que la Yamaha era una moto hecha por y para él y dejando entrever que su estilo de pilotaje se adaptaba casi a la perfección a la YZR-M1.

La moto era la ideal. La montura era perfecta para Jorge y su fino pilotaje. El equilibrio entre paso por curva, aceleración, velocidad punta y entrada en curva era la combinación perfecta. Exprimía todas las virtudes de su pilotaje.

DUCATI, RETO CASI CUMPLIDO

Sin embargo, fue en 2017 cuando el malloquín tomó la decisión de dejar la fábrica que le había acompañado durante nueve temporadas en la categoría reina. Probablemente, y desde el punto de vista de muchos, esa fue la decisión que sentenció a Jorge.

La marca escogida fue Ducati. El estilo del #99 parecía no adaptarse a la GP17. La Ducati se caracteriza por ser una moto muy potente y también brusca, que está lejos de ser tan equilibrada como la Yamaha. El único piloto que había conseguido llevarla hasta lo más alto, por aquel entonces, era Casey Stoner, cuyo pilotaje no se asemejaba nada al de Lorenzo.

La primera temporada con Ducati no fue fácil. Los resultados no eran los que un tres veces campeón del mundo espera. La constructora italiana incluso inició una serie de reformas en la moto de 2018 para que pudiera sentirse cómodo a sus lomos. La moto mejoró en estabilidad en la frenada y aceleración. También lo hizo con el grip en condiciones de calor y consiguieron mejorar el paso por curva.

Fue en Mugello y Cataluña 2018 cuando los resultados empezaron a llegar. El mallorquín acumuló 2 victorias seguidas en Mugello y Cataluña y sumó otra en el Red Bull Ring. La mejora de la moto parecía haber alcanzado un nivel parecido al de la Yamaha, y Jorge consiguió recuperar su ADN.

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HONDA, JAQUE MATE AL REY

Pero justo cuando la mejora parecía llegar, el #99 anunció haber llegado a un acuerdo con Honda para las temporadas 2019-2020. Tras no sentirse al cien por cien en Ducati. Con la retirada de Dani Pedrosa, Jorge decidió unirse al equipo de Alberto Puig en busca de nuevos objetivos y logros.

Junto a Marc Márquez el equipo prometía ser de ensueño. Las expectativas eran altas, de hecho, muy altas. No obstante, la realidad fue bien distinta. La mejor plaza cosechada con Honda fue la undécima en Le Mans, y hoy, a falta de una carrera para finalizar la temporada se encuentra en la decimonovena plaza, con tan solo 25 puntos sumados.

La Honda no se asemeja en nada al pilotaje que ha lucido con anterioridad el piloto de Palma. Es una moto totalmente diferente a la Yamaha o la Ducati en cuanto a pilotaje, difícil de entender. El piloto debe abrirse mucho e inclinar más en curva. Con la lenta adaptación de Lorenzo a la moto, Honda decidió ajustar la ergonomía a las necesidades del piloto, pero los resultados cosechados no indicaron mejoras.

Sin duda alguna la moto que mejor se le ha ajustado a Jorge Lorenzo es la Yamaha. No obstante, el mallorquín demostró que podía llevar a la Ducati a lo más alto del podio si se conseguía ajustar a sus necesidades. Por lo contario, la que parece no asemejarse nada a lo que él buscaba es la Honda, una moto mucho más agresiva y difícil de manejar, que sólo parece rendirse a Márquez.

La realidad es que Jorge atravesaba un mal momento físico tras su lesión en Assen. El tres veces campeón llegó a perderse tres de las citas del mundial. Tras la reincorporación a lomos de la Honda, los resultados no mejoraron. La situación era realmente alarmante: un tres veces campeón del mundo luchando por entrar en zona de puntos. No era propio de Lorenzo.

Así ha sido: un gran piloto en un momento delicado. Hoy, tras diecisiete años en el mundial, se despedía en el Ricardo Tormo: «Hay días por encima de otros que son importantes para la vida de un piloto: cuando debutas en el Mundial, cuando ganas tu primera carrera, cuando ganas un Mundial y luego, cuando anuncias tu retirada. Ese día ha llegado para mí y estoy aquí para anunciar que esta será mi última carrera de MotoGP. Me retiro como piloto profesional».

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«Solo puedo decir que me siento alguien muy afortunado. He tenido una gran carrera profesional. Y de competir con pilotos con los que he competido. Tengo que agradecer a mucha gente que me ha acompañado y me ha ayudado a crecer en este deporte y a conseguir todo lo que he conseguido. Ha sido un placer trabajar con vosotros. Os deseo lo mejor a todos. Muchas gracias.», concluía conteniéndose las lágrimas.

Se despide una leyenda. Se despide un cinco veces campeón. Y el mundo del motociclismo, llora.  Gracias por tanto, Jorge.