El joven piloto de Williams, Alex Albon, protagoniza una nueva actuación espléndida en el GP de Imola, poniendo su rendimiento en el ojo de las grandes escuderías
De la oscuridad más absoluta a la gloria
El piloto tailandés no tuvo su mejor inicio en la Fórmula 1. A lo largo de su año y medio en Red Bull, no acabó de encontrarse cómodo con el coche de los de la bebida energética, y como se suele decir, este deporte no te brinda dos oportunidades.
En el año 2020, es cuando se vio su debacle más absoluta. Max Verstappen logró sacarle más de 100 puntos de ventaja, llegando a ganar dos carreras o hacer 11 podios. De esta forma arrasó a Alex Albon, que tan sólo pudo conseguir 2 podios.
Pero todo eso queda muy lejano, el joven piloto de Williams está haciendo una temporada digna de admirar. Estas actuaciones, llegando a puntuar con su equipo, le están empezando a consagrar como alguien a tener en cuenta.
Gran resultado con un coche muy pobre
Saliendo desde la 18a posición, el piloto tailandés logró acabar la carrera a las puertas de los puntos, adelantando a 7 coches.
Y es que cuando uno está en estado de gracia, todo sale. El piloto decidió entrar antes que el resto para poner los neumáticos de seco, algo arriesgado si tenemos en cuenta las condiciones húmedas en las que se econtraba la pista.
Esta decisión, ayudó a tener los neumáticos en temperatura para adelantar a coches que tienen mejor rendimiento que el Williams. Además, logró mantener detrás a un piloto de renombre como lo es Pierre Gasly.
Esta es la forma en la que Albon está demostrando al mundo y, especialmente, a sus antiguos jefes de Red Bull, que merece estar en un coche más competitivo, trabajando en la sombra para demostrar su talento y llegar a lo más alto.