OPINIÓN. Ayer publicábamos un artículo donde hablábamos de la sincera entrevista que Andrea Dovizioso concedió a otro medio de comunicación. En esa entrevista se hablaba principalmente de la opinión que le merece la gente que desea el mal a un piloto.

Dovizioso considera que la actitud de esas personas es totalmente horrible. Para él, estos personajes no merecen disfrutar de este deporte; calificándolos así de «estúpidos». De hecho, Dovi realizaba un paralelismo entre el motociclismo y el fútbol. El fútbol, el deporte rey por excelencia tan perfectamente imperfecto.

Recuerdo cuando en el Gran Premio de Mugello, algunas personas (por llamarlo de alguna manera, pero nunca bajo el nombre de «aficionado») recrearon la tumba de Marc Márquez en una de las puertas de acceso al circuito italiano. La tumba, con una foto del piloto y un esqueleto simulando su cuerpo, estaba acompañada de su fecha de nacimiento, de su supuesta muerte y un cartel con la frase pide un deseo.

https://twitter.com/igo_garmendia/status/1002846600350314496

Al igual que Dovizioso, al que no han tardado en lloverle las críticas por hablar mal de dicho deporte, también hice la comparativa al fútbol. Algo que, evidentemente, no sentó bien a algunos fieles seguidores de esta masa mundial.

Para poder seguir leyendo esta opinión, primero hay que tener muy claro que las críticas no son hacia el deporte; sino hacia la afición. Y aquí van algunos datos «curiosos»:

  • En un tan famoso Clásico, las aficiones de los equipos rivales están apartadas del resto de aficionados locales. Lo más triste es que la división se produce a través de vallas con una grada habilitada en lo más alto del estadio. Siendo sinceros, ¿por qué creéis que es necesaria dicha medida de seguridad? En el motociclismo, todavía no ha hecho falta.
  • Los Boixos Nois, hinchas del Futbol Club Barcelona, no pueden entrar al Camp Nou porqué en 1991 apuñalaron dos seguidores del RCD Espanyol. Uno sobrevivió, pero el otro no pudo superarlo. En el motociclismo, todavía no ha pasado.
  • En un partido de UEFA entre el Athletic Club y el Spartak de Moscú, un ertzaina falleció debido a la batalla campal que se montó entre ambas aficiones. En el motociclismo, todavía no ha pasado.
  • Champions League, Roma contra Liverpool. Partido de ida de semifinales. Un aficionado del Liverpool fue apuñalado por ultras de la Roma aunque pudo sobrevivir. El motivo de la agresión fue simplemente lucir la camiseta de los reds. En el motociclismo, nadie le ha quitado la vida a otro por llevar camisetas distintas.
  • Desde 1982, la afición del fútbol se ha cobrado 13 muertes debido a las discusiones y peleas que se han constituido entre aficiones. En el motociclismo, ningún aficionado ha muerto en manos de otro.

¿Se entiende ahora?

La cuestión es que llevamos un tiempo, desde 2015 más concretamente, con una afición totalmente dividida. Una afición que, cuando yo era pequeña, era impensable imaginar. Todos eran amigos. Sobre las motos, indiferentemente de la marca o el color, siempre se mostraba el símbolo de la Victoria con los dedos defendiendo así la filosofía de un buen motero. Y en las tribunas, el respeto era el principal protagonista.

A veces la rivalidad entre las aficiones es más fuerte que la que los propios pilotos tienen en la pista. Y muchas veces se culpa a los medios de comunicación de dicha evolución para así sacudirse las pulgas. Pulgas que, por cierto, si ciertos pilotos pidieran a sus aficiones que cesaran en su empeño de crear conflicto, tal vez no habríamos llegado tan lejos. Y sí, tal vez algunos medios estén instaurados en el odio. Pero no todos somos así.

Ya está bien de desearle el mal a alguien que comete un error; sea quien sea. Ya está bien de desearle el mal a una persona que se está jugando la vida para que todos los aficionados disfrutemos con su espectáculo. Ya está bien de desear la muerte a deportistas que no caen bien. Ya está bien de conflictos. Ya está bien de buscar siempre el morbo. Ya está bien de generalizar a todos los medios que trabajamos en este deporte. Ya está bien de todo.

Andrea Dovizioso, piloto oficial de Ducati, tiene toda la razón. Sí Dovi, son estúpidos. Alguien que se atreve a pitar un piloto no merece disfrutar de este maravilloso deporte. Un deporte que, personalmente, siempre me ha emocionado. Y como a mí, millones de aficionados.

Un deporte que nos hace vibrar, llorar, emocionar, excitar, saltar, correr, cantar, gritar, reír… en definitiva, un deporte que amamos. Así que, cualquier persona que quiera seguir instalada en el discurso del odio y el rencor, que abandone el barco. Porqué los que todavía creemos y hacemos del motociclismo nuestro estilo de vida, vamos a seguir hasta conseguir que el motociclismo vuelva a ser el mejor deporte del mundo.