El mundial de motogp llega con más incertidumbres que nunca. Y si es que es verdad, nadie sabe realmente donde está todo el mundo, pero por eso no os preocupéis, la temporada comienza mañana jueves.
El campeón Jorge Lorenzo intentará revalidar el título de la polémica de 2015. Un título que el balear eso si, ganó con esfuerzo siendo quien más victorias consiguió la pasada temporada con un total de 7 victorias.
No se sabe muy bien cuál será el papel de las Yamaha y de las Honda, pero lo que está claro es que en la lucha no faltará el bicampeón Marc Márquez.
Sin embargo la Honda de este año, al igual que la del año anterior, presenta muchas dudas y posiblemente en prestaciones en inicio de la temporada serán inferiores a las Yamaha de Lorenzo y Rossi.
Un «doctore» que quiere hablar en pista, después de perder una oportunidad muy clara de victoria en 2015. La mala gestión del liderato le fue en contra, sumado a la polémica que comenzó a crear cuando acusó a Márquez de ayudar a Lorenzo en Australia -carrera recordamos en que el ganador fue el catalán y no el balear. Será momento para callar a la prensa para el italiano.
Hemos repasado 3 de los 4 fantásticos, el cuarto es uno que siempre está allí. Se trata de Dani Pedrosa que el año pasado fue de menos a más. Una retirada eventual de MotoGP para soldar sus lesiones le hizo volver con mucha fuerza en el campeonato, con una lectura de las carreras muy inteligente, tranquila y constante que le hizo ganar carreras como la de Motegi, y que el final del campeonato de pilotos acabó cuarto, no demasiado lejos de su compañero Márquez.
Pero hay vida más allá de los 4 fantásticos. Las Ducati, Cal Crutchlow y Maverick Viñales permanecen detrás a la espera de que la nueva normativa de electrónica común, y los neumáticos Michelin nuevos les ayuden a dar ese paso adelante para luchar, por lo menos, por alguna posición de podio.
Los cuatro pilotos han sorprendido este año durante los entrenamientos de pretemporada, y podrían sorprender aún más en la primera carrera del campeonato donde las cosas nunca están fijadas por completo.