Ni la F1, ni MotoGP, ni el WEC, ni el WRC, ni incluso el karting que juegan casi todos con las mismas condiciones tienen cabida dentro del amplio abanico de deportes olímpicos que cada edición es mayor.

Generalizando y metiendo a todas las categorías en el mismo saco, el del motor, los deportistas-pilotos que participan en estas categorías son atletas del más alto nivel como cualquier otro deporte practicado al nivel de élite. Por lo que excluirlos del mayor acontecimiento deportivo del mundo es una decisión a nuestro modo de ver injusta e innecesaria. Puesto qué abriría otra puerta, y le daría mayor visibilidad a categorías que no son tan vistas y atraería a un gran número de personas a ver las olimpiadas.

La mejor excusa del COI (Comité Olímpico Internacional) es que van propulsados por mecánica y que no habría igualdad de oportunidades. ¿Pero es que acaso en un deporte como es la hípica en el cual la propulsión es de un animal ecuestre, hay igualdad de condiciones y oportunidades? O ya ni hablemos del caso de la vela. La tecnología y la mecánica se utiliza ya hasta en los gorros que utilizan los nadadores. La solución es sencilla, una competición monomarca con unos reglajes igualitarios y muy estrictos. 

Si no los hacen es porque no les interesa ni económicamente ni políticamente. Pese a que el deporte a motor no necesita de la visibilidad que otorga un acontecimiento tan importante como lo necesitan otros deportes, como puede ser la esgrima, el pin pon o la natación sincronizada entre otras modalidades y disciplinas, sería un gran atractivo para ambas partes.

Historia del motor en los JJOO

En París 1900 , el motor sí que participó como disciplina olímpica, donde hubo 14 pruebas de automovilismo y 2 de motociclismo.

Entre estas pruebas una de las más importantes fue la de un rally que se disputó entre París-Toulouse-París con una distancia de 1347 km donde el ganador fue Alfred Velghe. En la otra prueba de renombre fue Louis Renault, fundador de la icónica marca francesa, quién se hizo con la victoria con su propio auto.

Cabe destacar que si somos estrictos la prueba no fue exclusivamente olímpica puesto que los JJOO  de ese año se incluyeron dentro de la Exposición Universal de París 1900 como un acontecimiento más del evento. Cabe recordar que estos JJOO fueron los segundos de la época moderna y el reglamento como tal no estaba bien afianzado como lo conocemos hoy en día. Tras esta edición los motores no volverían a rugir en un evento olímpico. 

Hay otro paréntesis en la historia de las olimpiadas cuando en las dos ediciones que se disputaron en Alemania (1936 y 1972) se celebraron rallies «olímpicos» los cuales fueron pruebas paralelas al evento pero sin llegar a disputarse como tal.

Ojalá la cosa cambie en un futuro ya que desde 2012 el COI reconoce a la F1 como deporte, otra cosa es que le dé el visto bueno como olímpico. Ya veremos.