Mclaren es uno de los equipos que mejores sensaciones está dejando en este inicio de temporada. Después de hacer un gran progreso en 2020 se han consolidado como tercera fuerza gracias a las evoluciones del MCL35M.
El sistema de tokens que ha limitado el desarrollo el pasado invierno benefició a Mclaren, pues al introducir la nueva unidad de potencia Mercedes se vieron obligados a rediseñar parte de la cubierta del motor, permitiéndoles obtener un mejor producto.
Equipar la PU de Mercedes ha implicado entender la distribución de sus elementos para optimizar el diseño. Hay que recordar, que Mercedes decidió, al inicio de la era híbrida, separar el turbo en dos partes, con el compresor en la parte delantera del bloque del motor y la turbina al final, situando el MGU-H en la parte intermedia.
La disposición de la batería también es diferente mientras que, la caja de cambios pudo ser reubicada dado que tras la unidad de potencia ahora solo tienen la turbina mientras que con Renault tenían el turbo completo.
La unidad de potencia Mercedes requiere menos refrigeración
El desarrollo de algunas partes aerodinámicas, como las tomas de aire, ha sido libre para los de Woking debido a la implantación de la nueva unidad de potencia. Así, han rediseñado la toma que se sitúa sobre el cockpit.
En el nuevo diseño, el tamaño es menor lo que lleva a pensar que el motor Renault requiere de más refrigeración que el Mercedes, algo que marca enormemente la diferencia a estas alturas de reglamento. Esto explica por qué Alpine no ha podido estrechar tanto como sus rivales la cubierta del motor.
Mucho trabajo en otras zonas del monoplaza
Además de estos cambios, obligados por la nueva PU que equipan, Mclaren se ha centrado en optimizar otras zonas concretas del monoplaza.
A nivel aerodinámico se observan algunas novedades. Los conductos de freno, aunque poseen un contorno muy similar, han sufrido cambios en las ranuras y diseño interior. Se trata de un punto que muchos equipos han tocado este año, consiguiendo soluciones más eficaces a nivel aerodinámico para conseguir la misma refrigeración de los frenos.
El área de los bargeborads también ha sido muy trabajada por todos los equipos, y Mclaren no ha sido una excepción. Ahora se observan más aletines, más componentes y una mayor sofisticación en una zona clave para generar downforce.
En la parte trasera no es evidente la protuberancia que otros equipos propulsados por Mercedes sí poseen, ya que Mclaren ha apostado por mantener unas líneas parecidas a las de 2020, sin estrechar tanto la cubierta del motor y, por tanto, sin tener la necesidad de crear esa protuberancia.
Pese a que no sea evidente en el Mclaren, el observarla en otros monoplazas denota el trabajo que ha hecho Mercedes por comprimir aún más la unidad de potencia, para que ocupe menos espacio dentro del coche y este sea más eficiente a nivel aerodinámico.
Por último tenemos la ya comentada solución que han adoptado en el difusor, una idea que dribla el reglamento para, de nuevo, conseguir más downforce.
La innovación de Mclaren que puede ayudar a solucionar los problemas de Mercedes
Con todas estas evoluciones, cambios y mejoras, Mclaren ha seguido en línea ascendente, construyendo sobre la gran base de 2020 y consolidándose como tercera fuerza. ¿Hasta dónde llegarán?