La cuenta atrás está llegando a su fin en pos del comienzo de la temporada 2020 de Fórmula 1. Austria abrirá el telón de una temporada muy diferente a otras en varios aspectos. Uno de esos aspectos es el de que será una temporada al sprint, con carreras prácticamente cada fin de semana y pocos periodos de tiempo sin grandes premios para evolucionar en caso de que no se de con la “tecla” desde el inicio del campeonato.
Este factor puede ser clave en la temporada 2020 para dirimir qué escuderías se jugarán el mundial tanto de constructores como de pilotos, pero también para la lucha en la zona media.
Quien haya conseguido en este pasado invierno un monoplaza óptimo tendrá un verano en el que podrá ganar mucho terreno frente a sus rivales directos. Por el contrario, quien no hizo bien los deberes en invierno, apunta a que este año lo puede pagar más caro que en cualquier otra temporada.
Ferrari puede ser uno de esos equipos que lo paguen caro, y Red Bull uno de los que si ha acertado de pleno.
Los resultados de los de Maranello en los test invernales de pretemporada no fueron para tirar cohetes y no quedaron contentos en la Scuderia. Lejos de parecer que los italianos se estaban escondiendo, todo apuntaba a que, no había mucho más que sacar de lo mostrado. De hecho, han decidido tomar un enfoque diferente de desarrollo en el coche debido a los pésimos resultados de temporada. El propio Mattia Binotto ha reconocido que esperan un comienzo de campeonato difícil.
El sorpasso en la lucha por el campeonato con Mercedes de Red Bull a Ferrari podría quedar patente así en las primeras citas de la temporada. A las dificultades que los de Maranello han encontrado en los primeros pasos de su SF1000, se sumaría la tendencia ascendente de Red Bull y Honda ya desde el pasado año. Contrariamente al Ferrari, el Red Bull de 2020 si parece haber “caído de pie” y haber dado otro paso mas para cerrar la brecha con Mercedes. Con un Max Verstappen que el pasado año dio otro paso más en su pilotaje mostrando una madurez sin precedentes en el holandés, y un motor Honda más potente que promete serlo incluso más que en los test de Barcelona, todo pinta muy bien para la estructura austriaca.