Penúltima jornada de test de pretemporada en el Circuit de Catalunya. Día algo extraño de una jornada de test pues, la expansión del Coronavirus está empezando a trastocar eventos deportivos por todo el mundo y también amenaza el calendario de 2020 de la Fórmula 1. De hecho, mañana está prevista una reunión para decidir si es viable realizar las carreras de Vietnam y Bahrein en las fechas previstas. A esto se ha unido que la lluvia que barrió la pista en la noche ha dejado una pista algo “trampeada” para la jornada matinal. Provocando varias salidas de pistas, con una bandera roja incluida que, definitivamente ha influido en un menos número de vueltas de lo previsto para todos los equipos.

De los tres de la zona alta de la parrilla, sólo Ferrari ha podido tener un día tranquilo y llevar a cabo a buen término su programa previsto. Los de Maranello han ido a más en su número de vueltas, siendo medianamente comedidos aún en cuanto a rendimiento, pero, así y todo, firmando el mejor registro del día. Mercedes contra todo pronóstico y para sorpresa de todos ha registrado su primera rotura de motor. El W11 se ha quedado tirado en pista con Lewis Hamilton al volante, presuntamente pérdida de potencia, pero se habla de que el coche humeaba antes de quedarse parado. El día de Red Bull también fue algo aciago, Max Verstappen propició una bandera roja tras perder el coche con una pasada de frenada y acabar empanzado en la grava. Previamente ya había protagonizado un trompo. Todo ello cuando el holandés testaba elementos aerodinámicos.

El propio Max Verstappen reconocía su error, aunque también entendía que tampoco fue algo tan negativo para el plan de trabajo del equipo.

“Toqué la línea blanca y todavía estaba algo húmeda. En el coche no lo vi, pero sí luego en la cámara onboard. A pesar de la salida de pista, pudimos completar todo el programa y entender mejor el coche. Estamos muy contentos con ello.”