Tras un comienzo de temporada muy prometedor con doblete en Baréin, Red Bull parece haber dado un paso adelante respecto a Ferrari en cuanto a prestaciones.
El gran rendimiento de Ferrari en el Gran Premio de Baréin, sumado a la incontestable victoria de Charles Leclerc en Australia y a los problemas de fiabilidad de Red Bull, hacían presagiar un paseo de Ferrari a lo largo del mundial, con una diferencia de puntos entre los dos primeros mayor de cualquiera que se hubiera dado a lo largo de la temporada pasada.
No obstante, dos carreras después, la percepción es radicalmente distinta. Ferrari parece haberse dormido en la comodidad que les dio el comienzo de la temporada; mientras que Red Bull ha traído consistentemente mejoras a todas las carreras. Además de eso, los dos abandonos de Carlos Sainz y el error de Leclerc en Imola han hecho que la percepción sea que los de Milton Keynes estén por delante.
Esta percepción puede ser cierta, hasta el punto de que ayer después de los fallos en el motor de Sergio Pérez, del que se ha reportado que corrió con 30 caballos de potencia menos, fue capaz de mantener el ritmo de los Ferrari en la parte final del Gran Premio de Miami. En clasificación, la diferencia de velocidad punta en el speed trap entre ambos coches fue de 9km/h.
Aun liderando ambos mundiales, la diferencia entre Leclerc y Max Verstappen, y entre Ferrari y Red Bull se hace cada vez más pequeña, lo cual hace necesario que los de Maranello tengan que reaccionar. El team principal de la Scuderia, Mattia Binotto decía tras la carrera en Estados Unidos que «traerán un gran paquete de mejoras a Barcelona, aunque no el más importante de la temporada». Además de eso, los italianos confían en que Red Bull dejará de desarrollar pronto, debido al límite presupuestario impuesto a los equipos para este año.