Solo hace falta haber prestado atención alguna vez a la F1 para saber quién es Schumacher y qué representa su figura. No es obligatorio ser un fiel seguidor de la categoría para descifrar la magnitud que representa el ‘Kaiser’.

Este viernes Mick Schumacher, primogénito de Michael, debutará oficialmente en una sesión de F1 -lo anterior fueron test- algo que nos devolverá, a modo de dato sentimental, la presencia de un Schumacher en una tabla oficial de tiempos.

Sería injusto e ingrato comparar ambos Schumacher, ya que su trayectoria y ascenso a Formula 1 ha rodado por senderos muy distintos, aunque el legado de uno haya servido para aligerar el paso al siguiente, es innegable que Mick ha peleado contra viento y marea, acarreando una presión de gran envergadura hasta lograr lo hasta ahora atesoray lo que queda por llegar….

La llegada a la F1 del ‘Káiser’ no es comparable a la de su hijo, ya que aquel llegó a media

Schumacher con Jordan en 1991
Michael Schumacher con Jordan, antes de firmar con Benetton – F1.com

temporada a Jordan, y rápidamente tuvo la velocidad y la destreza para impresionar a propios y extraños y colocarse, con una celeridad casi inaudita, en el olimpo de los vencedores de la mano de Benetton.

Hoy se juntan casi en sincronía, el aniversario de los 20 años desde que Michael Schumacher ganase su primer título con Ferrari, y la primera prueba oficial de su hijo en F1, en unas fechas en las que su anuncio por Alfa Romeo como piloto oficial es casi cuestión de horas. Un primer título que no seria otra cosa que el inicio de una cadena gloriosa que se culminaría con 7 títulos en 2004.

Mick con el coche de su padre
Mick Schumacher frente al coche de su padre durante el año 2002 – F1.com

No se pueden comparar ni en carrera ni quizás en talento, pero este que les escribe estas líneas sabe de buena mano que Mick es otro trabajador incansable. Primero en llegar y último en irse, buen compañero y querido por mecánicos e ingenieros.

Y créanme, escribir esto no es más que alabar a un Káiser al que ojalá veamos pronto, por lo que disfrutaremos, de momento, de un primogénito que avanza raudo hasta la gloria.