La carrera de Moto 3 nos dejó unas vueltas finales espectaculares, pero también peligrosas, con mucha especulación.

Negar que las carreras de la categoría de bronce de Moto GP, Moto 3, son espectaculares, sería correr un velo ciego sobre la verdad, pero, tras la reciente defunción del joven Jason Dupasquier en el GP de Mugello, la inseguridad volvió a imperar en Montmeló, con 15 pilotos especulando muchas vueltas.

Tras los fatales recientes acontecimientos, observamos atónitos como la manada de 15 pilotos luchaban, apenas con dos segundos de diferencia entre todos, por una victoria que se decidió en la última vuelta, ganándola uno que partía casi al final del grupo cuando inició la misma.

La carrera fue muy lenta, ya que los pilotos quisieron ahorrar gomas y esfuerzos para ir al ataque al final de la prueba, algo que nos dejó una estampa de aglomeraciones en cada curva, una situación irresponsable e incomprensible ya que una caída de cualquier componente del “pack” podría habernos dejado un desenlace de la misma índole que la vivida en Mugello.

La estrategia es una parte clave de la competición, por supuesto, y más en Montmeló, circuito muy abrasivo y agresivo con las gomas, pero fue un ejercicio de irresponsabilidad, reitero, tener a tantos pilotos ralentizando la marcha, exponiéndose a la fatalidad si cualquiera hubiese caído.

Estrategia si, claro, y más en una categoría cuyo objetivo es formar al piloto y darle alas para promocionarse y acabar llegando a Moto GP, pero, con esa premisa, es razón de más el ver carreras al ataque y agresivas, ya que cada movimiento o adelantamiento puede servir de cartel para los sedientos ojeadores de las marcas de fábrica.

Aunque solo sea por la memoria de Jason y de muchos tantos que ya no están, espero que la FIM y Dorna tomen medidas para generar carreras quizás mas cortas,o al menos, en las que reine el espectáculo pero también la seguridad. La especulación es peligrosa, y más con manadas de pilotos en melé.