El Media Day de la Daytona 500, la primera cita de la temporada de la NASCAR, tuvo una curiosa sorpresa para todos aquellos que esperaban con ansias descubrir el destino de Danica Patrick en su última participación en la Indy 500 el próximo mes de mayo. En un desliz mientras hablaba con la prensa, la estadounidense desveló que competirá en Ed Carpenter Racing. Aunque no dio más detalles al respecto, se espera que lo haga en un tercer coche.
Cuando se le preguntó a Patrick sobre sus opciones para las 500 millas de Indianápolis, una pequeña distracción le costó cara: «Pues la verdad es que no he tenido tiempo de reunirme con Ed y la gente que… oh, ¿lo he dicho en voz alta? Nunca había esto hecho en mi carrera». La reacción de la piloto ante su propio error fue el de un relativamente menor enfado, aunque uno podría preguntarse si la jugada estaba ya prevista por su parte, para generar más ruido alrededor de la que debería ser su última carrera.
Equipos como Schmidt Peterson Motorsport, Dreyer & Reinbold Racing, Chip Ganassi Racing y Rahal Letterman Lanigan Racing habían confirmado ya que no tendrán a Danica Patrick en su coche, con lo que las opciones estaban ya muy reducidas y el principal rumor hablaba de Ed Carpenter Racing como la principal opción para la única mujer en ganar una carrera de la categoría. Según parece, el plan final sería el de contar con un tercer coche para el equipo, junto al propio Ed Carpenter y a Spencer Pigot.
El acuerdo debía hacerse oficial en la presentación del Indianapolis Motor Speedway Hall of Fame Museum el próximo mes, pero siendo la noticia algo de dominio público, la situación cambia. Todo esto implica que las dos últimas carreras de Danica Patrick serán con motores Chevrolet, puesto que son los propulsores que monta el equipo de Ed Carpenter, además de ser también el fabricante con el que está asociado Premium Motorsports. Carpenter apunta a que el objetivo es ir a por la victoria, en la medida de lo posible, pero también que espera que se le permita a Patrick tener un programa de test sólido como el de Fernando Alonso en 2017.