El holandés se resarció del final amargo de Bahrein con una victoria incontestable en Imola, construida en una salida espectacular para pasar de 3º a 1º. La fiesta no pudo ser completa porque la remontada de Hamilton evitó que Verstappen saliera líder del mundial, pero el resultado anima a Red Bull a seguir trabajando para intentar arrebatarle a Mercedes el último título de la era híbrida.
Un factor clave en esta lucha será el rendimiento de los secundarios, que este fin de semana ha sido decepcionante, Pérez, que salía 2º, no llegó a competir, y una serie de errores de pilotaje le llevó a caer fuera de los puntos. Peor le fue a Bottas, que saliendo 8º, no tuvo ninguna presencia en carrera hasta que Russell intentó adelantarlo y la acción acabó con los 2 fuera de pista y bandera roja. Cierto que la bandera roja permitió a Hamilton reparar su coche y perder menos posiciones tras su salida de pista, instantes antes del accidente de Bottas, pero no es este el tipo de apoyo que Hamilton espera de su compañero de equipo.
El mal rendimiento de Pérez y Bottas, sin embargo, permitió la primera alegría para alguien del grupo perseguidor. El premio del podio, que se disputaron Norris y los 2 Ferrari, cayó de la mano del de McLaren, que consiguió adelantarse a Leclerc al llevar neumáticos blandos en la resalida y supo aguantar cuando su rendimiento cayó en comparación con los medios que montaban sus competidores. Decepción de Ferrari por no haber podido llegar al premio del podio en el primer Gran Premio de casa, pero aún así la 4ª y 5ª posición son un buen punto de partida sobre el que construir. Más decepcionados estarán en Alpha Tauri, segunda carrera donde no han sido capaces de gestionar su velocidad para conseguir un buen resultado con los 2 coches y ahora ya McLaren y Ferrari los han tomado ventaja.
La escabechina de delante ha permitido a los equipos del siguiente bloque recoger puntos, Stroll ha vuelto a ser el líder del grupo, con su segunda carrera tranquila y apartado de las zonas conflictivas, todo lo contrario que su compañero de equipo en Aston Martin, Sebastian Vettel, que tras haber clasificado 13º, tuvo que salir desde el pit-lane por unas reparaciones de última hora, que encima le costaron un stop&go por no haber tenido el coche a punto a tiempo y lo dejaron con un final de carrera luchando por nada a pesar de tener un buen ritmo, al final casi agradeció la orden de retirada por un problema en la caja de cambios. Mejor le fue a su antiguo rival, Fernando Alonso, que tras la retirada de Bahrein pudo estrenar su casillero de puntos en el escenario de una de sus épicas batallas con Michael Schumacher.
Pero sin lugar a dudas, quien saldrá más decepcionado de Imola será Williams, después de clasificar los 2 coches por Q2, se van con las manos vacías después de 2 abandonos. Decepción, pero que demuestra las aspiraciones del equipo, que busca volver a competir por algo, decepción que no tendrá Haas, que a pesar de haber terminado en el fondo de la parrilla, estarán contentos de haber podido terminar la carrera con todos 2 coches, toda una proeza dadas las circunstancias.