Al igual que en el día de ayer, la máxima categoría comenzaba su prueba con el cielo totalmente cubierto de nubes negras que amenazaban con cambiar la meteorología de un momento a otro. Y con el ganador de la Sprint, Aleix Espargaró, con hambre de más. La carrera se iniciaba, pero poco duraría la acción en la pista del Circuit de Barcelona-Cataluña. Tras la salida, en la primera curva, se producía un accidente múltiple que acabaría en bandera roja.

El piloto del Ducati Corse, Enea Bastianini, perdía el control de su Ducati Desmocedici GP23 y, en consecuencia, producía la caída de otros compañeros como Álex Márquez, Marco Bezzecchi, Johann Zarco y Fabio Di Giannantonio. Por ello, fue sancionado con una long lap penalty. Aunque no pudo cumplirla porque fue trasladado de inmediato al centro médico. Pero esto no era todo. En la curva tres, el vigente campeón del mundo, Francesco Bagnaia, saldría disparado por los aires después de sufrir un severo highside. Por si fuera poco, el de Turín sería atropellado por Brad Binder, quién, después, acabaría cayendo también. Las caras de los ingenieros de la marca italiana eran un poema.

Quince minutos después de producirse el incidente, el pit lane volvía a abrir y los pilotos salían, nuevamente, a pista. En la resalida, todo sería mucho más limpio. Sin ningún incidente. Jorge Martín se colocaba como líder provisional de la carrera en un lucha con las dos Aprilia que haría que Maverick Viñales se pusiera al frente en el primer paso por meta. Pol Espargaró, por su parte, se veía obligado a abandonar prematuramente a causa de problemas técnicos en su moto. Lo mismo le sucedería a Binder, aunque, en su caso, por una caída.

Mientras Viñales abría brecha con sus perseguidores. Por detrás, seguía la lucha encarnizada entre Aleix Espargaró y Martín. En esta ocasión, el de Granollers conseguía pasar al piloto del Pramac. También lo haría Miguel Oliveira unos instantes después. El portugués se colocaba en posición de podio provisional (tercero). Por el momento, el podio, al completo, estaba formado por tres Aprilia (dos oficiales y una satélite).

Con nueve vueltas ya completadas, las posiciones delanteras continuaban estables, con la marca de Noale adjudicándose los tres primeros puestos de parrilla y las dos Pramac de Martín y Zarco, respectivamente, detrás. En mitad de tabla, los cambios de posición y las batallas se producían contínuamente. Augusto Fernández, que salía decimonoveno, seguía con su progresión y adelantaba a Marc Márquez para ponerse décimo.

Raúl Fernández, que ayer se mostró contento con la moto a pesar de los resultados obtenidos, abandonaba a falta de trece vueltas para el final. Los problemas mecánicos de su moto arruinaron los planes del madrileño. Bezzecchi, después de verse involucrado en el incidente de la salida, escalaba posiciones y pasaba al ocho veces campeón del mundo de Honda para ser undécimo.

Maverick Viñales y Aleix Espargaró seguían en primera y segunda posición. Sin embargo, Jorge Martín se ponía tercero habiendo adelantado a Oliveira. Por tanto, teníamos podio de pilotos españoles en el Gran Premio de casa para todos ellos. A falta de seis vueltas para el final, Espargaró se enganchaba de nuevo al piloto de Rosas. Menos de tres décimas era la distancia entre ambos.

Seguían las hostilidades entre los corredores de atrás. Johann Zarco adelantaba a Oliveira en la ‘Zona del Estadio’ y se situaba en cuarto lugar, por detrás de su compañero, Jorge Martín. En el mismo momento, Aleix Espargaró encabezaba la carrera, a falta de tres vueltas para terminar, después de echar fuera de pista a Viñales en la curva uno. De igual manera, el 1-2 de Aprilia estaba vigente, mas con un orden distinto.

Completadas las veintitrés vueltas de la carrera, el mayor de los Espargaró se consagraría como ganador del GP de Cataluña. Segundo sería su compañero, Maverick Viñales. Y tercero, Jorge Martín.  Todo esto en el marco de una prueba marcada por el grave incidente del principio, donde numerosos pilotos se vieron afectados.