Las diferencias entre los tres equipos de arriba se mantienen muy reducidas. El trazado, corto y rápido, favorece la reducción de las distancias, permitiendo mucha más variabilidad y haciendo el resultado final más impredecible. La importancia de la clasificación es alta en seco, pero en Brasil, como siempre, hay amenaza de lluvia.

Como nos habría gustado tener la igualdad que ha habido en la gira americana antes de que se decidiera el título de pilotos. La forma de Red Bull ha ido volviendo a lo que fue a principio de temporada, después de alejarse de Mercedes y Ferrari entre Canada y Singapur, con la única excepción de Austria. Ya en Rusia mostraron una gran velocidad que sorprendió a los propios responsables de Red Bull, que decidieron cambiar los motores (y penalizar), perdiendo una gran oportunidad de victoria, pero desde el GP de los Estados Unidos los Red Bull están ahí, con opciones reales de victoria.

Volviendo al Gran Premio de Brasil, el que nos ocupa, la diferencia a 1 vuelta entre los 3 grandes es de menos de 2 décimas, con , por lo que no se puede dar por favorito a nadie. En el ritmo de carrera, parece que Ferrari tiene una ligera ventaja sobre Red Bull y Mercedes, de unas 3 décimas por vuelta.

Por detrás, pero no muy lejos, se espera de nuevo una bonita y concurrida pelea por los puntos, entre Force India, Renault, Sauber y Haas. Los americanos parecen tener más velocidad a una vuelta pero se alejan en el ritmo por vuelta, mientras que Sauber y Force India son ligeramente más lentos a una vuelta, pero consiguen ventaja en el ritmo de carrera. Renault se mantiene dentro de la pelea pero necesitará mejorar a una vuelta para no tener demasiado terreno por delante para remontar.

Toro Rosso, McLaren y Williams pueden aprovechar los estrechos margenes para acercarse con una gran actuación personal (como la de Vandoorne en México) o una carrera caótica, pero lo más positivo es que la diferencia entre los puntos y el último es de menos de medio segundo tanto en vuelta rápida como en ritmo de carrera.