En la misma fecha que hoy, pero tres años atrás, llegaba el día que ningún periodista estaba preparado afrontar. Hoy, hace tres años, el mundo del automovilismo sufría una de las mayores perdidas de este deporte. Y no solo por lo joven que era, sino por lo trágico de los sucesos. Hoy, hace tres años, moría Jules Bianchi después de nueve meses de lucha contra una lesión axonal difusa que le dejaba en estado vegetativo.

Qué decir, Jules. Cada 17 de julio todos los amantes del automovilismo lloramos tu perdida. Cada 17 de julio nos preguntamos: ¿Qué hacía esa maldita grúa ahí? Cada 17 de julio nos cuestionamos por qué la vida puede llegar a ser tan injusta.

Escribir estas letras se nos hace muy difícil a todos, estabas destinado a ser campeón y un accidente inesperado te cortó las alas hacia el estrellato mundial. Ahora estás en el cielo de la Fórmula1. Probablemente estés al lado de Ayrton Senna jugando a cartas frente a Gilles Villeneuve y Alberto Ascari, mientras María de Villota reparte.

Seguramente ya lo sepas, pero ahora las cosas han cambiado mucho. Felipe Massa se ha retirado, Alonso se lo está pensando y Vettel está con Ferrari, sí, ese que quizás hubieras pilotado tú. Ahora hay un chaval que nos recuerda mucho a ti. Seguro que lo conoces, era amigo tuyo. Charles Leclerc, o monsieur Leclerc, como le quieras llamar.

Está dejando a toda la parrilla con la boca abierta. Tu colega ya empieza a sonar fuerte para ocupar el lugar de Raikkonen en Ferrari, como tú. Las cosas van bastante bien. El mundial está entretenido y los coches ahora son algo más bonitos. Este año la FIA colocó en los monoplazas una pieza que se llama ‘halo’ y que probablemente te hubiera ayudado a salir adelante. Hay gente que dice que desvirtúa la competición. Yo digo que si sirve para salvar a estrellas como tu, uno y mil ‘halos’ en cada bólido, por favor.

En fin, que sepas que cada año te recordamos. Este, junto al cinco de octubre son los días más duros para todos nosotros. Nos seguimos preguntando por qué esa grúa estaba ahí y por qué la carrera no se paró. Todo eso ahora ya no cambiará nada, pero para nosotros es duro pensar que no estás.

De hecho, si damos un paseo por Twitter, todo el mundo te recuerda. Eso debe reconfortar a tu familia. Si alguien es recordado es porque ha sido un grande. Los años pasan, la vida sigue y solo espero que tu muerte haya servido para que otros la conserven.

 

Jules, amigo. ¿Cómo puede ser qué sin conocerte en persona sienta tal empatía por ti? La verdad es que no soy solo yo, pilotos, amigos y aficionados del motor te lloran y eso es que algo hiciste bien. Luchaste nueve meses contra un dolor irreparable. Fuiste fuerte, tus padres también. Solo espero que descanses en paz y que tus queridos estén fuertes y luchando por hacer de este deporte, algo más seguro. DEP.