La Fórmula E es la competición más novedosa y más avanzada de la FIA. Con tan solo cuatro años de edad, la competición eléctrica podríamos decir que es la más ‘millenial’ del mundo del motor. El fin de semana pasado fue el último Gran Premio celebrado en el circuito urbano de Nueva York. La cuarta edición dio como ganador a Jean-Éric Vergne que se impuso en una temporada con una gran lucha contra Sam Bird. El piloto inglés acabaría el mundial en tercera posición, por lo que la organización le otorgó un trofeo.

Tras las dos carreras del fin de semana, los pilotos organizaron una fiesta de final curso en la que hubo de todo menos zumos. La música fluyó, el alcohol no faltó y el trofeo de Bird se perdió. El piloto inglés llevó su trofeo a la fiesta, quizás para atraer a más gente.

 

What an awesome end of season awards and afterparty last night. Thankyou @fiaformulae 🥉

Una publicación compartida de sambirdracing (@sambirdracing) el

Mala idea, sin duda porque alguien lo vio y decidió hacerse con él. El inglés, que estaba muy ocupado en el jolgorio, perdió de vista el galardón y ya no lo volvió a ver más. El lunes por la mañana, con algún ibuprofeno aún disolviéndose, Bird hizo un llamamiento en Instagram para encontrar al ladrón de su trofeo perdido.

 

El británico comentó en el post: «Anoche dejé mi trofeo de tercer puesto de manera estúpida en la celebración que tuvimos tras la carrera. Alguien abandonó la fiesta con él. ¿Tiene alguien alguna información sobre esto o saben quién era la persona? Por favor, dejadlo en los comentarios si visteis a alguien irse con mi trofeo anoche. Gracias a la comunidad de la Fórmula E por vuestra ayuda«.

Tras el llamamiento público, los comentarios se sucedieron entre bromas de aficionados y risas de pilotos y periodistas. Nicki Shields por ejemplo preguntaba si había alguna aplicación para buscar trofeos.

Daniel Abt, en cambio apuntaba más por que había sido él quien se había hecho con el trofeo, pero que lo había cambiado por un Kebab en el camino.

Bird sigue en busca de su trofeo, éste está en las vitrinas de alguien desconocido. El inspector Bird seguirá investigando las pruebas que le lleven al culpable.