Gracias a la magnífica carrera de Verstappen y «Checo» en Imola, la escudería austríaca ha logrado su primer 1-2 desde Malasia 2016

En aquel momento, un joven Max Verstappen se subió al podio en segundo lugar junto a Daniel Ricciardo. Cabe decir que fue un doblete con mucho mérito. En la era híbrida, lo más probable era tener a un Mercedes en las dos primeras posiciones a final de carrera. El abandono de Hamilton ayudó a romper esta estadística, y su compañero, Rosberg, no pudo pasar del último eslabón del podio.

Red Bull no estaba en un buen momento por aquellos tiempos. Estaba comenzando su proyecto con Verstappen, su líder de los próximos años. Después de la salida de Ricciardo, le fue muy difícil encontrar a un buen compañero para el neerlandés. Finalmente, parece que «Checo» ha llegado para quedarse.

Volvamos al presente

El año pasado, el piloto mejicano tuvo que adaptarse, aunque dejó buenas actuaciones. Este año, ha comenzado especialmente bien. Además, Red Bull vuelve a ser un claro contendiente al título.

Una vez finalizado el Gran Premio Dell’Emilia Romagna, Red Bull respiró con mucha tranquilidad. Este 1-2 le sirvió para recortar distancia en los dos campeonatos, debido al mal fin de semana de Ferrari.

No es de extrañar que a partir de ahora veamos de forma más constante dobletes de la escudería austríaca. Red Bull tiene una buena base sobre la que construir.

Verstappen lideró desde un principio y tuvo una carrera muy tranquila. «Checo» Peréz hizo el resto y Ferrari no puso muchas dificultades. Con Sainz fuera de combate en la primera vuelta, el piloto mejicano solo tuvo que prestar atención a Leclerc. El mejicano lo mantuvo a raya en todo momento, gracias a un pilotaje excelente.

Con el piloto monegasco de Ferrari en problemas, Verstappen tenía un camino de rosas. Incluso Ferrari ayudó a los hombres de Christian Horner. En las vueltas finales, Leclerc arriesgó poniendo el neumático blando y acabó contra el muro. Finalmente, el monegasco pudo continuar pero acabó sexto.