Los petrodólares marcan el camino. Capaces de construir fastuosas ciudades con rascacielos que acarician el cielo, islas artificiales y excesos imposibles de asumir para los mortales. No es de extrañar que se les metiera entre ceja y turbante el tener su propio GP de Formula 1. ¿En medio del desierto? No hay problema. Los petrodólares darán luz a cualquier proyecto imposible. Es lo que tiene vivir dos o tres peldaños por encima de los límites mundanos. Desde 2009 ha sido una realidad y para rematar, quitándole el fin de fiesta a Interlagos.

Yas Marina tiene muchas particularidades. Tiene similitudes en algunos aspectos a Monaco en cuanto la sección de puerto y hasta han «homenajeado» una curva al estilo Eau Rouge del circuito Spa-Francorchamps. En eso reconozco su buen gusto. Ya puestos a fijarse en algo, que lo hagan para bien.

Se puede llamar la atención por muchos motivos. Está claro que no querían ser un GP más en el calendario y para ello hay que ser diferente. Insisto, diferente. No excesivo ni extravagante. Para empezar, este circuito es el único que su carrera da comienzo con luz solar y termina con luz artificial, dado que acaba de noche. Es un circuito que se corre en dirección contraria a las agujas del reloj. También destaca por tener una zona de pista que pasa justo debajo de una grada (como en méjico) y la salida del pit laine atravesando un túnel (si Mónaco tiene un tunel, ellos también).

Esta titánica obra de ingienería sale de la mente de Hermann Tilke. Consiguió milagrósamente tener el circuito listo en tan solo 2 años. En Mayo de 2007 se comían su primer bocadillo los obreros de las excavadoras y se estrenaba para el GP de 2009. Siempre es más sencillo cuando no hay límite de presupuesto en una obra. Como decía John Hammond, el alter ego de Richard Attenborough en Jurassic Park, «no han reparado en gastos».

Nos espera un circuito de 5,554 kilómetros al que se darán 55 vueltas. Se comienza al atardecer y se termina bajo los potentes focos de Yas Marina. Es de los pocos circuitos en los que podemos dar vacaciones al meteorólogo. Como mucho recurrir a las dotes adivinatorias de Pedro de la Rosa. Bromas aparte, es prácticamente imposible que llueva en el desierto. La lluvia no llegará al fin de fiesta del gran circo, ni tampoco se la espera. Eso si, los libres 1 y 3 suelen ser con temperaturas más elevadas que las de la carrera.

ESTRATEGIA.

No tiene grandes cambios cambios de altitud y dispone de dos grandes rectas que permiten adelantar. La opción más recomendable es ir a una parada. Es un circuito de tracción y estabilidad de frenada más que de fuerzas laterales y curva rápida. La degradación no va a ser el problema en este caso. Hamilton puede respirar tranquilo, al igual que su ingeniero psicólogo, que tendrá un GP más tranquilo en este sentido.

La clave va a estar en la estabilidad del monoplaza en las secciones técnicas. Veremos como responden las manos. Pilotos como Ricciardo, Max, Hamilton, Sainz o Leclerc nos pueden ofrecer momentos para recordar. Para terminar, dos zonas de DRS, mucha suciedad/arena sobre el asfalto y una de las salidas del Pit Lane más complicadas de todo el calendario.

Pirelli llevará para la ocasión el compuesto C3 como el blanco, el C4 como el amarillo representando la opción intermedia y el C5 como el rojo. Ferrari se decantará seguramente por la opción más blanda. Esperemos que Vettel no queme la radio y tengamos la fiesta en paz. Mercedes viene a disfrutar por el buen trabajo realizado durante el año.

Para terminar, Abu Dhabi ha sido testigo en la última década de la despedida de grandes leyendas de la Formula 1. Queda en el recuerdo el adios de Michael Schumacher, Nico Rosberg, Fernando Alonso o Jenson Button. Este año les decimos un «hasta luego» a Nico Hülkenber y a Robert Kubica.