El piloto del Team Suzuki Ecstar logró este fin de semana el segundo podio de la temporada. Dicha hazaña le permitió situarse cuarto en la general, a tan solo 16 puntos del nuevo líder, Andrea Dovizioso.
Si hace un par de temporadas nos hubieran dicho que en la sexta cita de la temporada los cuatro primeros de la general estarían situados a tan solo 16 puntos de diferencia no lo hubiéramos creído nunca. La igualdad y la incertidumbre están más presentes que nunca en el Mundial de MotoGP y encontramos dos puntos claros para entender el por qué de esta situación: la baja de Marc Márquez y la igualdad tecnológica – por fin encontrada – entre motocicletas.
Hace dos temporadas no hubiéramos pensado, por ejemplo, que en seis carreras tendríamos cinco ganadores distintos, entre ellos, dos KTM y dos Yamaha del equipo satélite. Hacía muchísimo tiempo que un Campeonato Mundial de Motociclismo no estaba tan apretado como lo está esta temporada.
En un mundial tan loco donde ningún piloto ha hecho más de dos podios, ya todo parece posible. Muchos son los nombres que han sonado como posibles campeones de esta temporada 2020. En un principio los claros favoritos parecían ser el rookie del año de la temporada pasada, Fabio Quartararo, y Maverick Viñales, la promesa de Yamaha. No obstante, a estas alturas muchos se atreven a sumar a la lista a pilotos poco veteranos como Joan Mir.
Muy pocos eran los que apostaban por el mallorquín y actualmente se encuentra cuarto a tan solo 16 puntos de Dovizioso, actual líder del campeonato. Joan disputa su segunda temporada como piloto de la categoría reina tras finalizar la primera en decimosegunda plaza.
Desde un inicio se veía a Álex Rins como el piloto más fuerte de Suzuki, sin embargo, las tornas han cambiado tras la lesión de este último a principios de temporada. Mir ha logrado salvar los muebles de Suzuki cosechando dos podios y una quinta y una cuarta plaza. Así ha logrado escalar hasta la cuarta plaza en la general. Y eso que suma dos ceros tras caerse en los GP de Jerez y la República Checa.
También pudimos verle liderar la carrera durante el GP de Styria, donde tomó ventaja ya en los primeros compases para llegar a liderar a 2.415 de ventaja sobre su perseguidor, Takaaki Nakagami. No obstante, una bandera roja por un accidente de Viñales obligó a parar la competición para empezar otra minutos más tarde. Desafortunadamente el mallorquín no pudo retomar la carrera tal y como la había dejado pero sí demostró de todo lo que era capaz. Finalmente finalizó tercero. Ese podio demostró que el talento y la regularidad le inundan.
En 2017 ya pudimos ver un adelanto del talento que posee Mir, cuando ganó de forma aplastante el Mundial de Moto3. El de Suzuki, que por aquel entonces competía para el Leopard Racing, logró ganar diez de las dieciocho citas de la temporada. Para el último evento en el Circuit Ricardo Tormo de Valencia el pequeño Mir ya sumaba 341 puntos, 93 por delante del segundo clasificado, Romano Fenati. Poco a añadir cuando todo aficionado al motociclismo sabe que dicha ventaja en una categoría tan apretada como suele ser la de Moto3 es más que admirable.
Si me preguntan si veo posible que Joan Mir se lleve el mundial diré que sí sin dudarlo. Si bien es cierto que aún carece de experiencia, Mir es un piloto con talento, trabajador y seguro de sí mismo. Ingredientes cruciales que reúnen todos y cada uno de los anteriores campeones del mundo de la categoría reina. Claro está que candidatos al título sobran, pero sin duda alguna Mir podría ser uno de ellos. En una temporada tan loca como esta, nada es imposible. El campeonato está más abierto y emocionante que nunca y desde luego ver a Mir como campeón no dejaría indiferente a nadie. Sobre todo a todos aquellos que no le ven capaz por ser solo su segunda temporada.
Por ahora aún quedan ocho carreras para saber quien va a llevarse el título. En la próxima cita en Misano – y con la poca diferencia que separa a los nueve primeros pilotos, 23 puntos – las tornas pueden cambiar completamente. Veremos si Mir es capaz de dar un golpe en la mesa y mantenerse en la trayectoria en la que está. La emoción está más que asegurada.