Seguimos inmersos en el mundo de la Fórmula Student de la mano de ARUS Andalucía Racing. Hoy nos guían a través del proceso de fabricación de la geometría de suspensión, desde su diseño hasta su instalación en el monoplaza.

La suspensión es la parte con la que se comienza a diseñar el monoplaza, determina muchas variables del coche y es uno de los primeros estudios que se hacen. En el caso de ARUS, han mantenido la misma suspensión durante cinco años, trabajando alrededor de ella.

Se comienza determinando parámetros como la distancia entre los ejes, altura del coche, rigidez… y con ello se obtienen los puntos de agarre de suspensión, sobre los que se diseñan el chasis y las demás partes.

1. Un diseño a largo plazo.

En el caso de la geometría de la suspensión se tarda entre dos y tres años en estudiarse. Si este año decides cambiarla, no tendrás el nuevo modelo en septiembre o diciembre.

El caso del chasis es muy diferente. Cada año se hacen pequeñas mejoras hasta el punto de tener a día de hoy uno de los chasis tubulares más optimizados de la Fórmula Student. Pero esto es producto de un proceso de varios años de iteración. No se tiene un diseño definitivo y se deja así, sino que se hace un diseño para competir y después se va mejorando.

2. La fabricación de piezas mecanizadas depende de terceros.

Muchas piezas las fabrican los socios patrocinadores porque se necesitan máquinas de gran nivel, suelen ser piezas de metal que necesitan mecanizarse. Pero hay partes que sí hace el equipo, como la carrocería y las alas: se lamina la fibra de carbono, se cosen las estructuras internas…

Para las placas de electrónica, por ejemplo, se necesita un patrocinador que las imprima. Cuando se reciben, el equipo tiene que soldar los componentes.

Una vez que la pieza está fabricada hay que instalarla en el coche. Cada departamento del equipo se encarga de la fabricación y el montaje de las partes que le corresponde.

Albert Fábrega se interesa por el diseño del monoplaza de ARUS durante la competición en Montmeló. Copyright: ARUS Andalucía Racing.

3. No siempre hay tiempo para los test.

Siempre que se intenta hacer test. De una competición a otra hay diez meses, en los que se preparan las mejores que se quieren implantar y se construye el monoplaza del año siguiente desde cero. Por ello, no siempre hay tiempo para hacer todas las pruebas que el equipo quiere, aunque siempre lo se intenta.

El objetivo antes de ir a una competición es rodar mucho el coche y si se tienen que romper las piezas, es mejor que sea en esas pruebas, y no en competición.

El tiempo entre una competición y otra ha permitido evolucionar mucho al equipo ARUS. En el ámbito técnico, cada detalle incide mucho en el rendimiento del coche, todos los esfuerzos se notan después en la pista.