Sin Grandes Premios, la actualidad de la Fórmula 1 se centra en el mercado. Vettel abandonará Ferrari y Sainz ocupará su lugar con el resto de fichas aún por colocar.

La falta de Grandes Premios amenazaba a convertir los meses previos al retorno de la Fórmula 1 en un desierto informativo. Y como diría Carlos Puebla, y en eso llegó Vettel. La no renovación del alemán con Ferrari ha desatado una tormenta mediática en forma de silly season, que al menos, nos ameniza la espera hasta que los motores vuelvan a rugir. Y de paso, ha salvado a la categoría del riesgo de perder relevancia entre prensa y afición.

Carlos Sainz reconociendo junto a sus compañeros de Mclaren el circuito de Albert Park

El tsunami protagonizado por Seb ha llevado a Ferrari a mover ficha. El movimiento ha propiciado el fichaje de Carlos Sainz por la Scuderia, mientras Ricciardo ocupa el puesto del madrileño en McLaren. La llegada de Sainz a Maranello me produce sentimientos encontrados. Por una parte me alegra, ya que se confirma el claro ascenso del español en cuanto a reputación dentro del gran circo. De peligrar su permanencia en la máxima categoría del automovilismo hace un año, pasa a formar parte de uno de los tres grandes equipos.

El problema reside en el rol. Sainz llega a Ferrari como segundo piloto. Un contrastado profesional, aún joven, que ha liderado un proyecto como el de McLaren, que se hizo con el Mundial de la zona media, y que llega en clara tendencia de progresión. Para los italianos es un movimiento perfecto, pero para el madrileño no creo que sea igual. Al fin y al cabo, capitanear McLaren hacia la victoria es, hoy por hoy, una utopía, pero en el rol interno del equipo, disponía de un incontestable rango de piloto número 1. Que los británicos pudiesen aspirar al Campeonato en el medio plazo suena difícil, pero el hecho de ser posible te garantiza, que de serlo, Sainz aspiraría a ello.

Con Leclerc la cosa cambia. El monegasco toma las riendas de Ferrari sin lugar a

Leclerc durante el GP de Australia de 2020: © Scuderia Ferrari Press Office

dudas. Sainz, desde ahora y si nada cambia, solo podrá aspirar al podio y a ganar alguna carrera. Creo que es conformismo, o quizá realismo, desde luego el madrileño tiene más información al respecto que cualquiera de nosotros. Pero con la realidad en la mano, ha cambiado una posibilidad de crecimiento en McLaren por un rol de escudero en Ferrari. La historia hablará.

Martin Brundle, que marca el camino en la rumorología, se hacía eco del siguiente movimiento, el de Ricciardo a McLaren. Algo ha tenido que ver el australiano, aún no se si en Renault o en McLaren, para tomar esta decisión. Recuerdo en Silverstone, con Daniel persiguiendo a Sainz en busca del adelantamiento, como el hasta ahora piloto de Renault se deshacía en elogios hacia el coche naranja. El madrileño se marchó de Renault por la llegada del australiano a la marca francesa, ahora ya ven. Y en su momento, hasta Vettel sonó para McLaren.

Formula One F1 – GP de Japón – REUTERS/Toru Hanai

¿Y qué hay de Vettel? El criterio lógico sería el de la retirada. Sin necesidades económicas, sin opciones realistas de agrandar su palmarés y con la vida resuelta, poco más necesita demostrar el alemán en Fórmula 1. Mercedes ya ha dedicado elogios a Seb, pero desde luego la opción sería cuanto menos rocambolesca. Con 4 Mundiales en el zurrón, en vistas de la superioridad de Hamilton, y con la nueva hornada tumbando la puerta, es el momento de coger los trastos y dejarlo.

El asiento de Renault se ha puesto interesante. La escudería francesa ha publicado éste miércoles varios fondos de pantalla con las victorias de Alonso como protagonista. El asturiano dijo hace algunos días tener claro su futuro, y que éste no pasaba por un calendario completo en IndyCar. Volver con los coches amarillos no garantiza victorias al bicampeón del mundo, pero da un salto mediático a la categoría muy importante en los tiempos que corren.

Los debates en redes sociales, la presencia de personajes únicos como Alonso, lo mediático, puede ser un salvavidas para la Fórmula 1. Con un mundo deprimido, preocupado, contar estas historias revitalizan a las empresas y aficionados. Ahora que está de moda Michael Jordan con The Last Dance, cabe recordar el retorno del 23 a la NBA con los Wizards, en pleno shock por el 11-S. Jordan no ganó nada, pero seguro que reconfortó a más de un aficionado, fuese del equipo capitalino o no.

Michael Jordan con los Wizards – NBA.com

La vida es menos vida sin historias que contar, como la de Vettel. En pleno confinamiento es fundamental que el mundo siga girando, aunque sea en forma de mercado, ya que no lo pueden hacer las cuatro ruedas. Volveremos de nuevo a las pistas, a los libres del viernes, a los nervios del sábado y a la entrega de los domingos. Eso sí, la capacidad de generar de la Fórmula 1, incluso en éstos tiempos, es lo que me convence de que no hay nada que pueda acabar con la categoría por excelencia del automovilismo.