Nico Rosberg ha sido Campeón del Mundo, ha superado a Hamilton y Schumacher en su mismo coche, y lo dejó todo tras lograr el título. Hijo de Keke Rosberg, poco se parece su imagen a la de su progenitor. Del bigote y aspecto duro de los turbo de los ochenta del padre, al aire bon vivant de un piloto moderno del hijo.

Las estadísticas y logros no hablarán de Nico Rosberg como uno de los más grandes en la historia de la Fórmula 1, pero pocos se pueden comparar al hecho logrado por el alemán. Ganar en el mismo coche a los dos pilotos con más mundiales de la historia solo está al alcance del Campeón de 2016. Ganador de la GP2 en 2005, venía de ganar la Fórmula BMW, logrando así un asiento en Williams para su debut en 2006, viéndose superado por Webber en su primer año en el Gran Circo.

El mejor año de Nico Rosberg para los de Grove llegó en 2009, lo que le valió para fichar por

Rosberg, Brawn y Schumacher
Rosberg, Brawn y Schumacher con el primer Mercedes – mercedesamgf1.com

la recién llegada Mercedes, que compraba Brawn GP para regresar como constructor a la Fórmula 1. A su lado, nada más y nada menos que Michael Schumacher. El dúo de alemanes y la dirección durante los primeros años de Ross Brawn puso los cimientos de la dominación actual del equipo teutón. Se olvida fácil, pero en Fórmula 1 cuesta mucho tiempo y dinero llegar a la cima. Y ni si quiera sí se consigue, que se lo digan a Toyota.

Siempre por encima del coche en aquellos años, su primer momento de gloria llegó en 2012. Ganaba el Gran Premio de China, dando a Mercedes su primer triunfo en Fórmula 1 desde 1955. Un año más tarde repetiría éxito en las calles de Mónaco. Su compañero ya no era Schumacher, si no Hamilton, que por aquel entonces solo tenía un título Mundial. El otrora amigo de las categorías inferiores ahora era rival en casa, y de hecho, el inglés superó a Nico Rosberg en 2013, 2014 y 2015, logrando además dos títulos.

Rosberg y Hamilton
Rosberg y Hamilton tras una carrera – mercedesamgf1.com

Una de las mejores rivalidades de los últimos años llegó a su clímax en 2016. Hamilton y Rosberg protagonizaron incidentes en Mónaco, Bélgica o Austria en temporadas anteriores, pero el de Montmeló marcó aquella temporada. La lucha sin cuartel más cruda acabó con Nico Rosberg campeón en la última carrera, tras aprovechar un fallo mecánico de Hamilton en Sepang, y usar la calculadora en las últimas citas de aquel curso. Mercedes ganaba el título con un piloto alemán, pero parte de la estructura estaba agotada por las continuas peleas internas, cuestionando incluso la continuidad de Hamilton.

Todo ello quedó en un segundo plano cuando el 2 de diciembre de 2016, Nico Rosberg, comunicado mediante, anunciaba de forma sorprendente su retirada de la Fórmula 1. Lograr una oportunidad de ser campeón había llevado a Nico a la extenuación. El alemán confesó haber tomado la decisión en la parrilla de salida de la última carrera en Abu Dabi, tras ser incapaz de concentrarse más que con la remota idea de ser la última vez que se subiría al coche. Hay veces en la vida, debió pensar Nico, que no vale la pena poner toda la carne en el asador por un sueño, por mucho que se cumpliese.

La liberación de Nico Rosberg cerró un capítulo de tensiones que ha cimentado los últimos títulos de Hamilton. Wolff y compañía aprendieron la lección, buscaron a un piloto solvente que no pusiese en riesgo los roles de equipo, y apostaron todo al británico. Por el camino quedó un Campeón del Mundo con todas las de la ley, y un hombre que sentó las bases del proyecto más ganador de la historia moderna de la Fórmula 1. Un piloto bon vivant de otra época, un gentleman políglota, y una persona que puso de manifiesto lo importante de estar bien con uno mismo. La gloria no merece un precio tan alto.