El accidente entre Lewis Hamilton y Max Verstappen ha sido lo más sonado del GP de Italia, con el permiso de Mclaren y su doblete. Todos los aficionados, periodistas, jefes de equipo y pilotos han querido dar su opinión, generándose polémica tras la posterior sanción al neerlandés.

En las horas posteriores al accidente todos se apresuraron a comentar la acción, culpando a uno u a otro según convenía. Toto Wolff indicó, en declaraciones recogidas por Motorsport.com que «Si lo comparas con lo que hizo Lewis en la curva 4 en la primera vuelta, no había espacio que quedara libre y fue empujado fuera de la pista, esa es la realidad. Pero sí, dejemos que los comisarios juzguen. No quiero ser un incordio, como algunos de mis colegas.»

Por su parte, Christian Horner, lejos de echar más leña al fuego, apuntó que «no veo cómo se puede culpar más a uno que a otro en un incidente como ese. Como digo, por supuesto, voy a posicionarme a favor de Max, que se ganó más espacio para la segunda curva, pero puedes entender que Lewis probablemente argumente lo contrario. Así que creo que si lo miras objetivamente, es un incidente 50/50. Es un incidente de carrera.»

Además, quiso responder a las acusaciones de Toto: “me decepciona que diga que es una falta táctica. Pero creo que es un incidente de carrera. Y, afortunadamente, nadie resultó herido hoy.»

Sin embargo, pese al esfuerzo de Horner, las redes sociales ya ardían desde horas atrás. Muchos veían el accidente como un lance de carrera y, tras la sanción a Verstappen, las acusaciones y ataques a la FIA se intensificaron.

Comentarios fuera de lugar.

Hablar de mafia o de trato de favor a Hamilton por ser británico queda completamente fuera de lugar y es desproporcionado. Si bien es cierto que esta sanción es muy severa, son los comisarios los que cuentan con todas las herramientas, recursos y datos para llegar a esta resolución.

También se puede entender la frustración por la evidente diferencia entre la sanción a Hamilton en Inglaterra y la que recibe ahora Max. Pero cabe recordar que el equipo de comisarios es diferente en cada circuito y no deben estar condicionados por actuaciones previas para juzgar cada nuevo accidente.

No se debe olvidar que la F1 es un deporte internacional, reconocido mundialmente y con un prestigio enorme como cúspide del motorsport. De ahí que todo tipo de acusaciones sobre tongo, alteración voluntaria del campeonato o favoritismo a cierto piloto queden completamente fuera de lugar. Una pataleta digna de aficionados que demuestran no entender este deporte.

El mundial no se decidirá por esta sanción.

Por otro lado, es evidente que el mundial no se decidirá por una sanción así. Ganará el mejor, con mas o menos ventaja sobre el rival. Pero no hay duda de que en diciembre nadie recordará este accidente cuando se esté coronando al nuevo Campeón del Mundo.

Todo esto no quita que cada uno tenga una visión del accidente, una opinión que puede ser diferente a la de los comisarios. Todas son válidas y se pueden exponer siempre desde el respeto a los pilotos y a la Federación.

Así con todo, la FIA debe revisar su forma de proceder, la severidad de sus sanciones y mejorar de cara al futuro, empujada por la entrega de los aficionados, para hacer entre todos un deporte más justo y evitar errores en el futuro.