La Indy Lights, categoría de promoción inmediatamente inferior a la IndyCar, ha anunciado que no se disputará el campeonato este año debido a la falta de participantes.

El pasado domingo, el medio digital TSO Ladder, especializado en el ‘Road to Indy’, anunció que la Indy Lights no se disputaría en 2020. El anuncio oficial, previsiblemente, podría llegar este mismo lunes por parte del campeonato.

La categoría, con el último cambio en el calendario de la IndyCar, hubiera empezado el 2 de junio en el Indianapolis Motor Speedway, en su versión rutera. Debido a la cancelación de varios eventos en los que participaba la Indy Lights, estaba previsto que se disputasen tres carreras en algunas de sus rondas.

Sin embargo, todo indica que, debido a la pandemia, un mínimo de tres pilotos confirmados habrían renunciado a sus respectivos programas de competición. Esto dejaría una parrilla, en el mejor de los casos, de tan solo siete coches, por lo que la organización ha decidido cancelar la temporada.

Así, un campeonato que se había disputado ininterrumpidamente desde 1986 se tomará un descanso de, al menos, un año. Se trata de una categoría prestigiosa, ganada por pilotos que luego triunfarían en la IndyCar, como Scott Dixon o Josef Newgarden. Los dos últimos campeones, Patricio O’Ward y Oliver Askew, disputarán este año su primera temporada completa en la IndyCar como compañeros de equipo en Arrow McLaren SP.

Sin embargo, la categoría lleva años en una situación de crisis y de falta de pilotos. En 2017, la salida de Schmidt Peterson Motorsports ya provocó que en tan solo tres rondas se llegase a los 15 participantes. Carlin se bajó del barco en 2018 con motivo de su regreso a la Formula 2 y, junto a la reducción del número de coches alineados por otros equipos, dejaron una pobre parrilla de tan solo ocho coches.

La Freedom 100 de 2019 fue la última ronda en la que se superaron los diez participantes. La categoría, pese a haber manifestado claramente su intención de regresar en 2021, atraviesa los peores momentos de su historia. Esta situación podría llevar, en un futuro cercano, a que Roger Penske, nuevo propietario de la IndyCar y la Indianapolis, invierta en la Indy Lights para ‘salvarla’.