Karel Abraham pone fin a su trayectoria en MotoGP tras debutar en 2005 y llegar a la categoría reina en 2011. Con una carrera con más sombras que luces y prolongada gracias, en parte, a su presupuesto; analizamos la trayectoria de uno de los pilotos con más GPs disputados en esta década.

En el marco del GP de la Comunitat Valenciana, que puso fin a la temporada del mundial de motociclismo, se levantó un rumor en torno a un posible cambio de pilotos en el equipo Avintia, donde tanto Tito Rabat como Karel Abraham tenían, a priori, contrato para 2020. Sin embargo, todo apuntaba que el equipo español, que pasará de ser un cliente Ducati a estar vinculado al fabricante italiano como equipo satélite; rescindiría el contrato de uno de sus pilotos para dar cabida a Johann Zarco.

El pasado sábado, Abraham anunció en un encuentro celebrado en el Circuito de Brno, propiedad de su padre, que el Avintia había decidido prescindir de sus servicios y que, por tanto, pondría fin a su carrera como piloto. El checo criticó el trato recibido por parte del equipo al, presuntamente, tomar la decisión de manera unilateral y ni siquiera comunicársela cara a cara.

Esta abrupta situación pone fin a la carrera de un piloto que llegó al mundial en 2005 y, siempre apoyado económicamente por Cardion AB, la empresa de su padre, dio el salto a MotoGP en 2011. Su mejor temporada en las categorías inferiores fue 2010, la primera y única que completó en Moto2. Aquel año fue décimo en la general con dos podios y una victoria, la única que logró en su carrera.

El piloto checo llegó entonces a MotoGP con estructura propia y una Ducati. Sus dos primeros años fueron decentes, con presencia constante en los puntos y tres de los cuatro séptimos puestos que prevalecerán como su mejor resultado en la categoría.

Sin embargo, todo fue cuesta abajo desde entonces. En 2013 pasó a llevar una Aprilia ART de la subcategoría CRT y sufrió para ser competitivo. Además, las lesiones le hicieron perderse parte de la temporada. En 2014, las CRT pasaron a ser ‘Open’ y, esta vez con una Honda, mejoró sensiblemente su rendimiento respecto al año anterior.

En 2015, las lesiones volvieron a lastrar su temporada y no sumó un solo punto, por lo que emprendió un cambio en su carrera y se fue al mundial de SBK, donde tampoco fue capaz de brillar. En 2017 regresó a MotoGP y disputó sus tres últimas temporadas con Ducati privadas, la primera en el equipo Aspar y las dos siguientes en el Avintia.

En esta última etapa, Abraham fue de más a menos en sus tres temporadas y ha finalizado 24º en este 2019, el último clasificado entre los pilotos que disputaron la temporada completa. Desde su llegada a MotoGP, sus méritos para estar en la categoría fueron cuestionados. Su trayectoria en las clases inferiores no había sido brillante, y la influencia de su presupuesto en la longevidad de su carrera es evidente.

No obstante, también es cierto que otros pilotos han llegado a MotoGP con menos buenos resultados que Abraham, que el checo siempre ha sufrido con motos poco competitivas y que se va con una victoria mundialista y prácticamente una década en la categoría reina; algo de lo que no todos los pilotos pueden presumir.

El sustituto de Abraham en el Avintia todavía no ha sido confirmado. Sin embargo, dada la fulminante rescisión del contrato del piloto de Brno y las palabras de Rubén Xaus, director del equipo, todo indica que Zarco será el elegido para ocupar ese asiento. Con dos GP20, se espera que el nivel del equipo suba y, estando el francés disponible; es la mejor opción para que tanto la escudería española como el bicampeón de Moto2 luchen por mejorar tras un año complicado.