Joel Eriksson agoniza para llevarse su primera victoria en el DTM

Tal y como sucedió ayer, la lluvia volvió a golpear los momentos preliminares, e incluso la clasificación, para la jornada final del DTM en su debut en las carreras nocturnas. Las cosas estuvieron muy mezcladas, ya que los líderes del campeonato salían muy rezagados en la parrilla de salida y sorprendió Loïc Duval con la pole con un margen de 3 décimas sobre el segundo clasificado, Edoardo Mortara.

Uno de los momentos importantes de toda carrera siempre es la salida. Y la de esta ocasión todavía más, con el asfalto algo mojado por la lluvia de la tarde que ha azotado la carrera de Fórmula 3. Duval no ha podido retener la pole tras su mala salida, combinada con la excelente salida de Edoardo Mortara que tomaba la delantera en los compases iniciales y, tan solo dos curvas después Timo Glock ha golpeado el Audi de René Rast, quién ha tenido suerte para redirigir su coche y evitar un mal mayor.

Como es habitual en el DTM, poco han tardado los primeros pilotos en dirigirse a la calle de boxes para realizar la parada en boxes obligatoria y, dichos pilotos, optimistas, han optado por buscar una estrategia agresiva y montar neumáticos de seco en vistas de que las condiciones iban mejorando. A la postre, sobre la vuelta 9, se ha demostrado que ha sido un error estratégico ya que ha vuelto a caer la lluvia con intensidad, obligándoles a realizar una nueva parada en boxes.

Tan solo 5 pilotos se han mantenido en la pista con los neumáticos de lluvia y solo Joel Eriksson, que rodaba quinto, había hecho su parada reglamentaria. Tenía así una oportunidad de oro, ya que los que estaban por detrás de él tenían una vuelta perdido y habían sido doblados y los de delante, tenían que realizar su parada en boxes y, en la vuelta 12 una luz iluminaría su camino cuando Lucas Auer trompeó y se quedó clavado en la grava. El coche de seguridad fue su ángel de la guarda cuando salió y reagrupo todo el grupo.

Edoardo Mortara, Robin Frijns, René Rast y Alessandro Zanardi eran los pilotos que tenía por delante el joven piloto sueco subcampeón de la pasada temporada de la Fórmula 3. A partir de aquel momento se iba a revolucionar la carrera, convirtiéndose en una autentica lotería con muchos pilotos pasándolo mal debido a las bajas temperaturas y en especial, a un Dani Juncadella increíblemente errático saliéndose en multitud de ocasiones y finalmente trompeando en la entrada de la calle de boxes. Cerca estuvo de colisionar con algún que otro participante, pero pudo redirigir su Mercedes para volver al box y montar de nuevo los neumáticos de lluvia.

Cuando el coche de seguridad se fue, se reanudaba una nueva carrera, la de los 5 primeros clasificados y la de los demás. De nuevo, un peligroso Juncadella estaba por realizar su última locura cuando golpeó a su compañero de marca y líder del campeonato, Gary Paffett, provocando que ambos pilotos trompeasen y se fuesen hasta la cola de la clasificación. Por delante, los pilotos que tenían su parada en boxes pendiente, tuvieron que darlo todo para abrir un hueco suficiente con Joel Eriksson que se iba postulando como un serio candidato a la victoria pese a un ritmo inferior.

Ya con la parada de Rast y Morttara hechas a falta de tan solo 6 minutos para el termino de la carrera, Eriksson disfrutaba de una ventaja que se antojaba cómoda de 15 segundos y, además, los 20 segundos que tenía Frijns de ventaja no suponían una amenaza ya que cuando se parase en boxes iba a salir por detrás del dúo que formaban los pilotos de Mercedes y Audi. Así pues, todo quedaba en manos del sueco.

Sin embargo, estaba perdiendo mucho tiempo, tanto como 3 segundos por vuelta. Afortunadamente para él, pudo cruzar la línea de meta con 1 segundo y 8 décimas para entrar en los libros de historia del DTM al lograr su primera victoria en la categoría y, por tanto, también de la temporada. Mención especial para Alex Zanardi, quién partía como piloto invitado por BMW y logró ser quinto en un día tan caótico como el de hoy.