Estos días se cumplen 14 años de uno de los mayores escándalos de la Fórmula 1, que tuvo como escenario Singapur: el «Crashgate» de Renault.
El inaugural Gran Premio de Singapur que tuvo lugar en 2008 prometía emociones fuertes con la primera carrera nocturna de la historia de la Fórmula 1, en un Mundial que llegaba apretado con la lucha entre Lewis Hamilton y Felipe Massa. Y a la increíble vista de los monoplazas bajo las luces singapurenses, se le unió un escándalo deportivo del que se conmemora su 14º aniversario: el Crashgate.
Ya conocido por la mayor parte del aficionado a la Fórmula 1, se entiende por Crashgate al escándalo que tuvo lugar en el seno del equipo ING Renault F1 Team, por el que uno de sus pilotos, Nelson Piquet Jr., declaró haber tenido un accidente a propósito y bajo presión de la cúpula directiva, encabezada por Flavio Briatore, Team Principal, y Pat Symonds, Director Técnico, para beneficiar al otro piloto del equipo Renault, Fernando Alonso.
Hoy en Fórmula Rápida, y en la víspera del comienzo de una nueva edición del GP de Singapur, repasamos qué ocurrió aquella noche de septiembre en el circuito urbano de Marina Bay.
Los antecedentes: la Renault post-2006
Renault, de la mano de Fernando Alonso, se hizo con los dos Mundiales de Constructores y de Pilotos tanto en 2005 como en 2006, acabando con la larga época de dominio de Michael Schumacher y Ferrari. Para 2007, el piloto español abandonó la escudería francesa en la que había estado desde 2002, para emprender un nuevo proyecto que se vio truncado antes de tiempo en la poderosa McLaren Mercedes.
Renault afrontó 2007 como vigente Campeón de Constructores, pero no pudieron estar más lejos de revalidar su título. Sus dos pilotos, Heikki Kovalainen y Giancarlo Fisichella, terminaron la temporada en séptima y octava posición, respectivamente, y el rendimiento de la escudería francesa distaba mucho de lo demostrado en 2006, con una única visita al podio por parte de Kovalainen, que logró una segunda posición en el caótico Gran Premio de Japón.
Llegó 2008 y con él, una renovación completa al volante del Renault, con el retorno de Fernando Alonso, que volvía a casa tras el divorcio con McLaren, y con el debut en Fórmula 1 de Nelson «Nelsinho» Piquet Jr., hijo del tricampeón brasileño. Tras terminar 2º en la GP2 de 2006, Nelsinho se unió a Renault como piloto de reserva para 2007, y la escudería francesa contó con él para 2008.
Si la temporada 2007 había sido complicada, la 2008 no mostraba precisamente signos de mejora, sino todo lo contrario: el R28 comenzó la temporada como uno de los peores coches de la parrilla, con los espejismos del caótico GP de Australia y la 4ª posición de Alonso como únicas razones para el optimismo.
Tras unos primeros Grandes Premios en los que a duras penas lograba entrar Fernando Alonso a la Q3, Renault introdujo un gran paquete de mejoras para el GP de España en el que los dos monoplazas de la escudería francesa se colocaron holgadamente en el top 10 de las qualis, con Alonso en una excelente segunda posición, en un lugar de honor con el que sólo podían soñar unas carreras atrás.
Piquet tuvo un comienzo de temporada desgraciadamente regular, en el sentido de que el resultado habitual del piloto brasileño era el abandono, o al menos caer fuera de los puntos. No lo logró hasta el Gran Premio de Francia, la octava prueba de las 18 con las que contaba el Mundial en 2008. Cuestionado al encontrarse 17º con 2 puntos mientras su compañero era 9º con 13, Nelsinho logró un podio en el circuito alemán de Hockenheim, sacando partido gracias a un Safety Car a su estrategia a una parada.
A pesar de esa segunda posición, Piquet siguió rindiendo bastante por debajo de lo esperado, y en los cuatro carreras que siguieron desde Alemania hasta Singapur sólo volvió a puntuar en Hungría. Con este rendimiento, parecía difícil la renovación de Piquet de cara a 2009, y según la investigación del Crashgate, fue éste uno de los argumentos esgrimidos por Briatore y Symonds para impulsar a Piquet a provocar un accidente en Singapur.
El escenario: Gran Premio de Singapur de 2008
La Fórmula 1 llegaba a Singapur con la emoción de un nuevo asalto en la lucha por el Mundial entre Lewis Hamilton y Felipe Massa, separados por un solo punto a falta de cuatro carreras para el final, en el primer Gran Premio nocturno de la historia de la categoría.
Renault había ido perfeccionando a lo largo de la temporada diversos paquetes de mejoras que, junto al talento de Alonso, habían aupado al equipo francés a unas posiciones más acordes con sus expectativas. Desde Hungría, Alonso había conseguido tres cuartos puestos en una racha sólo interrumpida por la colisión en la vuelta inicial del GP de Europa celebrado en Valencia.
Renault llegaba con la moral alta al espectáculo nocturno de Marina Bay, pero el sueño de un gran resultado se tornaba en pesadilla el sábado. Piquet caía en la Q1 y Alonso sufrió un problema con la bomba de gasolina en la Q2, dejando a los dos pilotos en 16ª y 15ª posición para afrontar un Gran Premio que se antojaba difícil.
La carrera arrancó el domingo con Felipe Massa en la pole, mientras Alonso adelantó tres posiciones en la salida para colocarse 12º. Con poca gasolina en el depósito y neumáticos extrablandos, sensibles al graining, para tener ventaja al final, Alonso se veía ahora en el difícil reto de deshacerse del tren que estaba formando Trulli, para poder progresar hacia la cabeza, en una brecha que se hacía mayor vuelta a vuelta.
En la vuelta 12, y sin poder quitarse de encima a Kazuki Nakajima, Fernando entró en boxes, siendo el primero de la parrilla en hacerlo. «Concentrémonos ahora en Nelson», decía Symonds por radio tras efectuar Fernando su parada. Dos vueltas después, y cuando se comenzaba a abrir la ventana de parada de buena parte de los pilotos -«atentos a los boxes», comentaba un acertado Pedro de la Rosa en la retransmisión española-, la realización enfocaba a la curva 17, en la que se veía el monoplaza de Nelson Piquet estrellado contra el muro.
La salida del Safety Car fue inevitable, y con ello conviene recordar la normativa que se aplicaba en 2008: cuando el Safety Car salía a pista, el pit lane quedaba cerrado, por lo que todo piloto que entrara en boxes para repostar recibiría una sanción. De los pilotos que estaban en pista, sólo Fernando Alonso había hecho su parada antes de la salida del Safety Car, mientras que Coulthard, Barrichello y Webber se encontraban en el pit lane en el momento del accidente. De esta forma, el resto de la parrilla debía esperar a que se reagrupara el pelotón y se abriera el pit lane para entrar en boxes, o entrar en boxes con el pit lane cerrado y sufrir una penalización.
Con los ingenieros rogando a los pilotos que ahorraran toda la gasolina posible, Robert Kubica y Nico Rosberg se vieron obligados a entrar en boxes con el pit lane cerrado, a pesar de que fueran a recibir una penalización. Cuando en la vuelta 16 se abrió el pit lane, todos los pilotos que no habían repostado fueron para dentro, convirtiendo el pit lane de Marina Bay en un caos con un gran perdedor: Felipe Massa.
Ferrari tuvo que realizar una doble parada para sus pilotos, Massa y Räikkönen. El problema surgió cuando Felipe Massa abandonaba su box, ya que recibió la señal en verde del problemático semáforo de Ferrari, y abandonó el box con la manguera de repostaje todavía conectada a su F2008. El resultado fue que Felipe tuvo que esperar al final del pit lane a que su pit crew acudiera en su rescate, lo que hizo caer al brasileño a la última posición, terminando la carrera fuera de los puntos, cuando Hamilton terminó 3º: una sangría de puntos crucial en el desenlace del Mundial que terminaría perdiendo Felipe.
Al relanzarse la carrera, Fernando Alonso era 5º, pero la tarde no podía tener mejor pinta para el español y para Renault: delante de él estaban Rosberg, sancionado, Trulli y Fisichella, que no habían realizado sus paradas, y Kubica, también sancionado. En un giro de guion nada casual, Alonso era líder virtual del Gran Premio de Singapur después de haber comenzado 15º.
Después de que los cuatro pilotos que tenía por delante pasaran por el box para cumplir sus sanciones y paradas, Fernando Alonso se hizo con el liderato real por primera vez desde el GP de Brasil de 2007, posición que mantuvo con un gran ritmo que le sirvió para mantenerse por delante de Hamilton y Coulthard tras realizar su segunda y última parada.
Las consecuencias a corto plazo
Fernando Alonso terminó ganando la carrera, logrando la primera victoria de Renault desde el Gran Premio de Japón de 2006. Nico Rosberg, beneficiado por la lentitud de la FIA en comunicar su sanción, y Lewis Hamilton, en un fin de semana en que pudo sacar mucha ventaja a su rival en el Mundial, completaron el podio.
En un momento en que la crisis económica azotaba a todo el mundo y levantaba los temores de la salida de algunos equipos de la Fórmula 1 -como eventualmente sucedería con Honda, BMW y Toyota-, ver de nuevo al equipo de F1 de Renault en lo más alto sirvió a la compañía francesa para mantenerse en la competición, en un momento en que, en palabras de Pat Symonds recogidas en el libro de Ross Brawn, Renault estaba considerando abandonar el proyecto de Fórmula 1.
Otra de las consecuencias a corto plazo, en virtud de lo revelado por las investigaciones, fue la renovación de Nelson Piquet Jr. de cara a 2009, algo sorprendente teniendo en cuenta el rendimiento del brasileño en 2008, pero no tan sorprendente teniendo en cuenta lo acontecido aquella noche de septiembre en Marina Bay.
Los Piquet tiran de la manta: nace el Crashgate
La temporada 2009 y los cambios de regulación produjeron un año aún peor para Renault, con un coche que a duras penas podía competir con alguien, y con un Nelson Piquet aún más desdibujado que en su temporada de debut. Quizás por eso no resultó muy sorprendente que Renault prescindiera de los servicios del brasileño tras el Gran Premio de Hungría, la décima prueba de un Mundial en el que Piquet todavía no había inaugurado su casillero.
Sustituido por Romain Grosjean, Piquet sorprendió a todo el paddock cuando hizo públicos comunicados a la FIA en los que afirmaba que el accidente que sufrió en el Gran Premio de Singapur de 2008 fue intencionado, y que fue inducido a cometerlo por Flavio Briatore y Pat Symonds, que forzaron al brasileño a estrellarse en un punto concreto de la pista, la curva 17, con difícil acceso para las grúas de forma que provocara un Safety Car que pudiera beneficiar la estrategia del equipo con Fernando Alonso.
La FIA comenzó una serie de investigaciones, que se prolongaron durante los meses de agosto y de septiembre de 2009, en las que Flavio Briatore y Pat Symonds fueron acusados de conspiración y de amañar una prueba del Mundial. A mediados de septiembre, y en las semanas previas a la segunda edición del GP de Singapur en 2009, Renault anunciaba la marcha de Flavio Briatore y de Pat Symonds de la organización de Fórmula 1. Semanas después, la FIA les sentenciaba como culpables de los cargos.
Las consecuencias a largo plazo
El castigo de la FIA fue variado. Briatore fue castigado de por vida con la expulsión de cualquier evento relacionado con la Fórmula 1, a pesar de que un tribunal francés anuló dicha condena, mientras que Pat Symonds sufrió una condena similar, limitada a 5 años. Piquet no recibió ningún castigo, ya que se le aseguró inmunidad por contar su testimonio, y Fernando Alonso tampoco recibió sanción al considerar la FIA que desconocía el plan de Briatore, Symonds y Piquet.
Renault, por su parte, fue descalificada de la Fórmula 1 durante dos años, pero dicha sanción quedó suspendida ya que el equipo francés colaboró en todo momento en la investigación del caso, y sólo se aplicaría si se vuelve a producir un episodio similar.
Asimismo, Renault tuvo que sufrir a partir del veredicto la pérdida de su patrocinador principal, ING, y la de otros patrocinadores como Mutua Madrileña, que abandonaron el equipo cuando se reveló el escándalo, lo que tuvo un impacto importante en las finanzas del equipo francés en un momento crítico.
El GP de Singapur de 2008 aún colea, y también lo hace el Crashgate. La F1 es impredecible hasta estos extremos, así que debemos estar atentos a lo que nos pueda deparar un nuevo GP en Singapur. ¡Síguelo con Fórmula Rápida para que no te pierdas nada!