A pocas horas para el inicio de una apasionante temporada, se mantienen las dudas sobre Mercedes, que ha dejado una sensación extraña entre sus integrantes ante el rendimiento en los test.

Si bien los de Brackley tienen por norma no demostrar su potencial a una vuelta en estos entrenamientos, lo de este año ha sido cuanto menos llamativo. Además de no ser el equipo que más ha rodado, algo que solía ser habitual en los años dorados de la era híbrida, presentaron en Bahrein un diseño rompedor y arriesgado en sus pontones.

Un diseño que, aunque puede ser el más efectivo a nivel aerodinámico y la mejor solución al nuevo reglamento, hace muy inestable y difícil de conducir al monoplaza.

«Hay mucho potencial.»

Así lo ha reconocido el propio Geroge Russell, que afirma que «Hay mucho potencial en el W13, y creo que nuestros ingenieros van a conseguirlo, solo tenemos que encontrar la manera de desbloquear nuestro rendimiento».

«El porpoising está afectando a nuestra capacidad de poner el coche en la ventana correcta de funcionamiento, y el equipo está trabajando mucho para buscar soluciones” concluye el británico.

Por su parte, Andrew Shovlin, director de ingeniería del equipo explicó tras las semanas de test que «hemos progresado un poco con el efecto del porpoising, lo que a su vez ha hecho que el coche sea menos difícil de manejar, y también parece que hemos dado un paso en la dirección correcta con la puesta a punto. Todavía hay mucho más por delante si conseguimos mejorar en este aspecto.»

La lectura de esta situación es bien clara. Mercedes, con el objetivo de volver a ganar el título han preparado un diseño radical que ha generado más problemas que beneficios, hasta la fecha. Parten de una posición retrasada respecto a sus rivales pero están en el camino para volver a ganar. Queda por ver si, cuando extraigan el máximo potencial a ese monoplaza, será suficiente para batir a sus rivales en pista.

Espejos polémicos.

Y por si los problemas sobre el asfalto no fuesen pocos, hay que sumar las quejas presentadas a la FIA por otros equipos acerca del soporte de los espejos retrovisores.

Por normativa, estos deben estar anclados a la carrocería y no a otros elementos como ya hiciera Ferrari en 2018. Ahora, al tener unos pontones tan estrechos, Mercedes se las ha ingeniado para prolongar un elemento hacia el exterior y colocar en su extremo los retrovisores.

Pese a las quejas de equipos como Red Bull o Ferrari entre otros, la FIA les ha dado el visto bueno hasta ahora.