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Volvemos a Canadá: la polémica de 2019

Este fin de semana la Fórmula 1 vuelve a Canadá desde 2019, una carrera que recordamos, sobre todo, por la polémica entre Vettel y Hamilton.

Mucho ha cambiado el mundo, y la Fórmula 1, desde la última vez que visitamos el precioso Circuito Gilles-Villeneuve en Montreal, allá por 2019. Pilotos que han abandonado la categoría, otros que han vuelto, un nuevo Campeón del Mundo y diferentes equilibrios de fuerzas en la parrilla desde aquella lejana temporada 2019.

Y a pesar de ello, con todos estos cambios, todavía recordamos momentos de la última temporada pre-covid. Las grandes carreras, las grandes actuaciones, pero sobre todo las grandes polémicas. Y en el cajón de las polémicas, el Gran Premio de Canadá de 2019 ocupó un espacio grande.

Los antecedentes: en 2019, la vida sigue igual

La temporada 2019 no comenzaba de forma muy apasionante para la numerosa parte del aficionado a la Fórmula 1 que deseaba ver el fin del dominio de Mercedes. Ferrari parecía rápido en los test y al principio de la temporada, pero eso fue todo: lo parecían. Y es que al terminar el Gran Premio de Mónaco, la cita anterior a Canadá, la cosa no podía tener peor pinta para el campeonato, por mucho que ya hubiéramos podido disfrutar de alguna gran carrera, como China.

Mercedes dominaba la tabla de puntos con mano de hierro al llegar a Canadá, con Lewis Hamilton al frente, separado por 17 puntos de su compañero, Valtteri Bottas, y con 55 puntos de margen con Sebastian Vettel. La mala suerte y fallos en Ferrari y la fortuna y los aciertos de Mercedes hicieron que el rival directo de Hamilton fuese aquella «versión 2.0» de Valtteri Bottas, que no tardó mucho en diluirse.

De los seis Grandes Premios disputados antes de Canadá, sólo se le había escapado a Mercedes la pole de Bahréin, que se quedó Charles Leclerc antes de que la mala fortuna le visitara el domingo, impidiendo que ganara su primera carrera en tan solo su segunda carrera como piloto de Ferrari. Salvo el sábado de Bahréin, todo el resto fue propiedad de Mercedes, llegando a la bandera de cuadros en formación de 1-2 en cinco de las seis primeras citas.

Al llegar a Canadá, ¿el milagro?

Con esta situación en el campeonato, en Canadá Sebastian Vettel se ganó el sábado la pole position con dos décimas de diferencia a Hamilton, que se encontraba en un sándwich tifosi con Leclerc saliendo 3º. Mientras tanto, Bottas se desdibujaba en una poco radiante sexta posición. No pintaba mal la cosa para Ferrari: el calendario era muy largo, aún restaban 15 carreras y se podía remontar, ¿por qué no iba a ser Canadá el punto de inflexión?

La salida se saldó sin problemas para los pilotos de delante, siendo el único toque por detrás el de Alexander Albon, colisionando con su Toro Rosso con el Alfa Romeo de Antonio Giovinazzi. En la cabeza, Vettel se mantenía líder con Hamilton detrás de él a algo más de 2 segundos.

Tras los pit stop, la ventaja del piloto alemán sobre el británico aumentó hasta los 4 segundos, pero Hamilton comenzó a tener mejor ritmo que Vettel con el neumático duro y comenzó a apretar al piloto de Ferrari, ya en zona de DRS y llegando a situarse a medio segundo de él, poniendo al piloto alemán bajo una intensa presión con muchas vueltas aún para el fin del Gran Premio de Canadá.

La vuelta 48: error y polémica

Al llegar a la chicane de las curvas 3 y 4 en la vuelta 48 se producía el error de Vettel que marcaría el desenlace del Gran Premio de Canadá y la polémica que daría de hablar durante los próximos días. Vettel perdía el control de su coche, dirigido hacia la hierba que cubre el exterior de la curva 3. Al reincorporarse, con restos de hierba en sus neumáticos y sin poder controlar su Ferrari, arrinconó a Hamilton contra el muro para evitar el predecible adelantamiento después de salirse de pista, forzando al piloto británico a levantar el pie del acelerador para evitar el accidente.

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Ya estaba servida la polémica. Hamilton y Mercedes reportaron inmediatamente que Vettel había llevado a cabo una reentrada peligrosa que había forzado a Hamilton fuera de pista, al tiempo que Vettel aclaraba por la radio que no tenía a dónde ir.

Al comienzo de la vuelta 51, y con 19 vueltas para el final, se anunciaba que el incidente se encontraba bajo investigación de los comisarios. Mientras se anunciaba la resolución de la investigación, Hamilton se mantuvo a una distancia cercana al segundo que le otorga el DRS, con Charles Leclerc aproximándose a la pareja, reduciendo los más de 10 segundos que le separaban de los campeones del mundo en el circuito canadiense.

La sanción: 5 segundos para el coche número 5

Al finalizar la vuelta 57, y al mismo tiempo que Vettel marcaba la vuelta rápida, caía el jarro de agua fría para Sebastian Vettel y la Scuderia Ferrari: 5 segundos de sanción para el coche número 5 por el incidente anterior, especificado por los comisarios de la FIA para Canadá como salirse de pista, reincorporarse de manera peligrosa y forzar a otro coche fuera de la pista.

En el momento de anunciarse la sanción, Hamilton se encontraba a 3 segundos de Vettel, con el muro de Ferrari comunicando al piloto alemán que sólo necesitaba 2 segundos más para ganar aun con la polémica sanción. Vettel debía apretar, pero Hamilton hacía lo propio para asegurarse que al caer la bandera a cuadros en Canadá se encontraría a menos de 5 segundos del Ferrari.

La sanción supuso un comprensible mazazo para el tetracampeón, que perdió buena parte de la concentración protestando por la radio la sanción. «No tenía a dónde ir», afirmaba Vettel añadiendo poco después que «[Hamilton] podía haberme pasado por el interior». El muro de Ferrari le pedía que se mantuviera concentrado, a lo que Vettel respondía con un «estoy concentrado, pero [los comisarios] nos están robando la carrera».

Mientras Vettel manifestaba su rechazo por la sanción, Hamilton apretaba y reducía la distancia entre los dos a mucho menos del segundo. Tal fue la caída del ritmo de Vettel que ya no sólo estaba en peligro, por no decir completamente perdida la victoria, sino que peligraba incluso la segunda plaza del podio: su compañero de filas, Charles Leclerc, se encontraba a poco más de 8 segundos del piloto alemán, pero marcando unos tiempos por vuelta consistentemente varias décimas más rápido que Vettel.

La bandera a cuadros cayó al finalizar la vuelta 70 -esta vez sin errores, no como en 2018-, Sebastian Vettel cruzó en primera posición, pero con Hamilton a 1.3 segundos fue el británico quien se llevó la victoria al hacerse efectiva la sanción de 5 segundos, con Leclerc completando el podio cruzando a 6 segundos del piloto alemán. Pero con la bandera a cuadros no terminó todo.

Parc Fermé, cartelones y podio: el show continúa

La cooldown lap de vuelta al pit lane ayudaría a enfriar el coche, pero no los ánimos de Sebastian Vettel. Al cruzar la línea de meta, el piloto alemán comenzó a negar con su dedo y a decir por la radio «No, no, no. Así no, así no, chicos». Continuaba en la radio, afirmando que «hay que estar completamente ciego para pensar que puedes ir a través de la hierba y poder controlar tu coche. ¡Demasiada suerte he tenido de no golpear el muro! ¿Dónde demonios se supone que debía ir? Esto no es justo».

Mientras tanto, Hamilton agradecía el esfuerzo de su equipo, y celebraba la victoria con matices: «Naturalmente, no es ésta la forma en la que quería ganar, pero si no hubiera estado ese muro a la derecha le habría pasado igualmente».

Ante la mezcla de frustración y enfado de Vettel, Mattia Binotto, team principal de la Scuderia Ferrari, intentaba consolar a su piloto diciéndole que «has ganado la carrera en la pista, eso es lo más importante. Tú eres el ganador hoy para nosotros, mantente tranquilo». La respuesta de Vettel no quedaba lejos: «No estoy tranquilo. Estoy enfadado. Y creo que tengo derecho a estar enfadado«.

Al llegar al pit lane, Vettel aparcó su Ferrari mucho antes de llegar a la zona de parc fermé bajo el podio, evitando tener que poner su monoplaza en la segunda posición que, a su juicio, no merecía. Vettel se dirigió al pesaje obligatorio de la FIA y abandonó la zona del pit lane, dirigiéndose al motorhome de Ferrari con ninguna intención de acudir al podio del GP de Canadá.

Avisado de la obligación de asistir a la ceremonia de podio y de la sanción correspondiente si no lo hacía, Vettel se dirigió al podio atravesando el box de Mercedes. Pero antes de subir dejó una imagen icónica de la Fórmula 1 reciente: intercambió los cartelones de primer y segundo clasificado, colocando delante del Mercedes de Hamilton el cartel con el número 2, y colocando el número 1 en el hueco vacío en el que se habría encontrado su Ferrari.

Sebastian Vettel sustituye el cartel de ganador del GP de Canadá, delante del Mercedes de Lewis Hamilton, por el de segundo clasificado. Copyright: Dan Istitene/Getty Images/AFP

En el podio, la amarga fiesta continuaba con caras serias de todos, pero con el deportivo gesto de Hamilton subiendo a Vettel al primer escalón del podio. Él también sabe lo que es ganar una carrera en pista y perderla por una decisión de los comisarios de la Federación, como le sucedió en el Gran Premio de Bélgica de 2008.

Sonaron los himnos y se entregaron los trofeos, pero se esparció poco champán. El principal esfuerzo por animar el podio vino de parte de una ingeniera española de Mercedes, Margarita Torres, que acudió al podio como representante del constructor ganador, y que intentó compartir con los dos pilotos de Ferrari el siempre agradable momento de subir al podio, aunque sin mucho éxito.

Lewis Hamilton, ganador, sube al primer escalón del podio a Sebastian Vettel, después de terminar 2º tras sufrir una sanción de 5 segundos. A la derecha, Charles Leclerc como tercer clasificado, y a la izquierda Margarita Torres, ingeniera española en representación de Mercedes-AMG Petronas F1 Team. Copyright: Motorsport Images

Y así terminó el Gran Premio de Canadá de 2019, que aparte de darnos una siempre interesante quali en Montreal, también tuvo para nosotros buenos momentos de acción en pista y mucha polémica. ¿Qué nos deparará Canadá este año? ¡Síguelo con nosotros en Fórmula Rápida!