Victoria elaborada y con mucho ‘show’ que se adjudica Leclerc delante de los ‘tifosi’ en una gran exhibición por delante de Bottas y de Hamilton. Carlos Sainz tuvo que abandonar cuando era 6º tras un error en el pit-stop del equipo.
Hablar de Monza es hablar de Ferrari, y hablar de Ferrari es hablar de F1 en su más puro esplendor y significado. Lo vivido hoy permanecerá en las retinas y en la memoria de muchos italianos y de seguidores ferraristi alrededor del mundo y como no del propio Leclerc, que hoy se ha graduado como Cavallieri delante del entregado publico italiano.
Vencer un Gran Premio debe ser la convergencia de muchos factores, desde la suerte hasta el buen hacer del monoplaza, pero también intervienen matices relevantes como la serenidad y la templanza, sin duda baluartes hoy para un Leclerc que ha contenido hoy a los Mercedes, sedientos de victoria en terreno hostil. Vettel, por su parte, ha dejado otra actuación para olvidar en el templo ferrarista.
La salida ha sido benévola para el monegasco, arrinconando dentro de lo legal a un Hamilton que hoy ha recibido una cátedra de movimientos defensivos- y no es ningún novato-. Vettel, como hemos comentado, ha cometido un error que ha conllevado una sanción que le ha relegado al final de parrilla. Sin duda la FIA ha querido hoy pelear burocráticamente contra cualquier maniobra peligrosa.
Carlos Sainz ha completado otra gran carrera hasta su detención en boxes, momento en el que iba 6º cómodamente escoltado por un gran Giovinazzi que iba conteniendo al sediento Albon, el cual ha cuajado otra buena actuación. El madrileño, al salir del carril del pit-lane, ha visto como una de sus ruedas delanteras buscaba un rumbo diferente, teniendo que detener el coche con el consiguiente abandono.
Renault ha vuelto a deslumbrar en un trazado de velocidad pura – como hizo en Canadá- logrando un reguero de puntos que le acercan a la 4ª posición del mundial, aunque el mal inicio de los de Enstone aún lastra en la tabla clasificatoria.
