Sebastian Vettel no se conformó con la segunda posición y fue a por la victoria, pero no le salió bien y acabó tercero. Lewis Hamilton supo en todo momento mantener la cabeza fría y controlar la situación para llevarse una victoria sin pasar ningún apuro. Verstappen aprovechó el movimiento arriesgado de Vettel para recuperar su posición y conseguir un gran resultado.
Uno de los grandes premios más monótonos y menos emocionantes de la temporada, la carrera se movió algo en la salida y después en la ventana de la única parada a boxes, más allá de eso prácticamente no pasó nada relevante. En la salida, Vettel no se la jugó con Verstappen en la primera curva, decidió esperar a la recta para superarle de forma más segura. De nuevo, como en Bélgica, pudo sacar provecho del protocolo de no sacar el Safety Car en plena lucha (para evitar nuevos accidentes). El accidente en cuestión fue el choque de Ocón contra el muro después de que Pérez le cerrara el espacio. Allí terminó el primer fogonazo de competición.
Vettel también fue el gran animador del segundo fogonazo, al tratar de hacer un undercut a Hamilton, consciente de que la segunda posición tampoco le servía de mucho. En su intento de coger desprevenido a Hamilton, se precipitó, y salió detrás de Pérez, que en ese momento era séptimo, esto le costó unos segundos preciosos que le privaron, no solo de competir la posición a Hamilton, sino también la segunda posición con Verstappen. Además, al haber montado el neumático ultrablando muy temprano, quedaba condenado a una carrera de salvar los muebles, evitando degradar sus neumáticos lo más mínimo, lo que implicaba no poder atacar a Verstappen y preocuparse más por lo que hiciera Bottas.
Por detrás, Alonso y Sainz sacaban partido de ser los primeros que podían elegir compuesto, y con la primera parada de Pérez, Grosjean y Hulkenberg, escalaban hasta la séptima y octava posición, esperando a que el tapón provocado por los Williams les diera una parada limpia para poder mantener su fantástica posición. Así fue, Pérez, Grosjean y Hulkenberg se quedaron clavados detrás de Sirotkin, perdiendo segundos por vuelta, mientras Alonso y Sainz cuidaban sus neumáticos para hacer que duraran lo máximo posible.
Más allá de eso, Verstappen estuvo a punto de meterle el coche a Hamilton mientras pasaban al grupo de doblados, pero sin llegar a más. También en las últimas vueltas, Bottas, sin ritmo, se vió asediado por Räikkönen y Ricciardo, mientras él se quejaba de un doblado que estaba demasiado lejos para que le señalaran bandera azul.