El danés de Prema Racing ha vencido una carrera que no ha podido completar más del 50% de su longitud bajo la intensa lluvia que ha ido aumentando conforme avanzaba la carrera.
El segundo asalto en Austria, esta vez renombrado como “GP de Stiria”, no ha tenido un gran inicio en F3, ya que no se ha podido completar la totalidad de carrera. Los presagios meteorológicos que se preveían ayer en F1 se han concretado con una lluvia torrencial que, sumada a los incidentes y abandonos que hemos visto en las apenas 13 vueltas de Gran Premio, han provocado un caos que ha terminado con el fin precipitado de la carrera.ç
Hablando del devenir de la propia carrera, hemos visto que algunos pilotos optaban por arriesgar con el neumático slick, decisión que se ha declarado totalmente errónea cuando la propia vuelta de calentamiento ha sido ya bajo una lluvia que aumentaba con el devenir de las vueltas. Vesti ha realizado una gran salida, marcando pauta y distancia con unos Trident que han demostrado que en lluvia son rivales de nivel.
Ha sido una salida limpia, algo quizás inesperado con 30 coches en liza y una lluvia torrencial en camino, signo de que la F3 tiene un nivel altísimo no solo en talento si no en la habilidad de los pilotos que la conforman. Eso sí, pronto han empezado las hostilidades, como el toque Peroni-Lawson que ha relegado al de Campos fuera de los puntos y sin ritmo para luchar por objetivos más ambiciosos.
Conforme avanzaban las vueltas, se han sucedido los choques que han provocado en primera instancia un VSC y después, hasta dos SC que han dejado a pilotos como Stanek, Novalak y el español, Sebastian Fernández fuera de combate. Tras el accidente del hispavenezolano, la dirección de carrera ha decretado la bandera roja y posteriormente, el fin anticipado de la carrera, con Vesti como ganador.