Las 6 horas de Spa siempre son un buen preludio de lo que se puede ver a mediados de junio en las míticas 24 horas de Le Mans, emblemática carrera que forma parte de la llamada triple corona junto con el GP de Mónaco de Fórmula 1 y las 500 millas de Indianápolis de la IndyCar. El gran favorito para la victoria era el equipo Toyota, el único que dispone de un LMP1 con tecnología híbrida.
De todos modos, la cosa se complicó en la clasificación de ayer cuando se descalificó al coche #7 por irregularidades en su medidor de carburante, teniendo que tomar la salida desde la calle de boxes y teniendo que esperar a que sus rivales realizaran una vuelta al circuito de Spa-Francorchamps. Por tanto, aquel era uno de los focos de atención, la remontada del prototipo japonés.
Por otro lado, estaba el debut de pilotos como Fernando Alonso, Jean-Éric Vergne o el regreso a las carreras de Pastor Maldonado, estos dos últimos en la categoría de LMP2. El inicio de la carrera fue accidentado ya que hubo varios toques entre los GT de la categoría amateur y el Porsche del equipo Gulf tuvo que estrellarse contra los muros al sortear Les Combes en vez de impactar con otros competidores. Aquello obligó al coche de seguridad a hacer acto de presencia. Algo que ayudó en gran medida al Toyota #7 que le permitió pegarse al grupo a las primeras de cambio.
Poco a poco, iban pasando las horas y se iban desarrollando las luchas, en especial en las categorías de GT en las que los Ford y los Porsche 911 RSR se verían envueltos por el liderato de su categoría reina hasta que Harry Tincknell, siguiendo el rebufo de su compañero de equipo, perdió el control del coche tal y como lo hizo Pietro Fittipaldi en la jornada de ayer en Eau Rouge, terminando con la carrera del Ford GT #67 y obligando al coche de seguridad a hacer una segunda aparición.
De hecho, los accidentes han estado a la orden del día. Ya superada la mitad de la carrera y acercándose la carrera más al final que a su inicio, una lucha entre los Rebellion y el SMP Racing #17 acabaría mal. Tan solo quedaba una hora de carrera cuando Matevos Isaakyan perdió el control de su coche en el Radillon, destrozando su LMP1 y obligando al coche de seguridad a hacer una nueva visita al trazado belga. Aquello iba a abrir una nueva carrera al sprint.
Los dos Toyotas quedarían separados por unos pocos segundos, completando así la remontada del #7 mientras que en LMGTE PRO el Ford #66 quedaría separado por poco tiempo de los dos Porsche. En la categoría pequeña de GT, los dos Aston Martin. Ha sido una última hora frenética en la que todo el mundo buscaba mejorar su posición, incluso en LMP2, la categoría menos disputada, pero la pelea por el segundo cajón del podio entre las dos unidades del equipo gestionado por Jackie Chan y el Alpine Signatech Matmut fue espectacular.
Finalmente, la bandera a cuadros la recibió un pletórico Fernando Alonso que, vuelve a ganar una carrera 5 años después. El LMP2 venció el G-Drive Racing mientras que en LMGTE PRO venció el Ford de Chip Ganassi superviviente y en la categorñia pequeño hubo doblete de Aston Martin.
Todo listo para el gran espectáculo de las 24 horas de Le Mans a mediados de junio.