Duros momentos en los que llega este legendario aniversario. Pero lo cierto es que hoy, Ayrton Senna da Silva cumpliría sesenta años. Probablemente el mejor piloto y sin duda, el más carismático y legendario de la historia de la Fórmula 1. Desgraciadamente, su vida se apagó tempranamente aquel fatídico primero de mayo de 1994 en Imola. Pero murió haciendo lo que más le gustaba, pilotar, competir.
Ayrton marcaría a venideras generaciones de pilotos de Fórmula 1, algunos de ellos, han llegado a ser incluso campeones del mundo como son los casos de Lewis Hamilton o Fernando Alonso. Ellos, y la mayor parte de pilotos que nacieron en los 80´y 90´ se vieron marcados por su halo mágico y les sirvió de inspiración para marcarse como meta llegar a la Fórmula 1 y triunfar en ella.
Sólo por ello ya habría que darle las gracias, pero sobre todo hay que darle las gracias por todo lo que dio a la Fórmula 1 y a los aficionados. Su forma de pilotar, al límite y domando el monoplaza como nadie. Su larga cuenta de carreras míticas, esas poles que lograba con una facilidad casi insultante y, sus tres mundiales con pilotos en pista como Nigel Mansell, Nelson Piquet o Alain Prost. Este último, por cierto, compitiendo con su mismo monoplaza. Algunos de sus rivales eran figuras históricas del automovilismo. También hay que agradecerle lo mucho que hizo en vida por buscar la seguridad de los pilotos, algo de lo que no se suele hablar mucho. Su fatídico accidente también valió para cambiar muchas cosas respecto a la seguridad.
Su muerte fue un golpe brutal no sólo para la Fórmula 1, sino para el deporte mundial, esto, y ver cualquier imagen del tránsito de su féretro por las calles de Sao Paolo como si fuese un jefe de estado valen para hacerse una idea de la dimensión de Senna en el mundo.
En la memoria de todo aficionado a la Fórmula 1 o al motorsport en general, quedarán siempre imágenes míticas de Ayrton como: Mónaco 84´y 88´, Suzuka 88´, 89´y 90´, Donnington 93´, Hungría 86´, Portugal 85´, la pole de Mónaco 90´, el duelo con Mansell en España 91´… Incontables momentos que forman ya parte del código genético de la Fórmula 1. Desgraciadamente, su trágica muerte también está marcada a fuego, aquel desgraciado fin de semana de Imola 94´. Donde quiera que esté jamás le olvidaremos. Descansa en paz, mito y leyenda.