La temporada 2019 de la IndyCar ha puesto hoy punto y final en el GP de Sonoma. Con los ojos puestos principalmente en dos hombres, como son Scott Dixon y Alexander Rossi, quiénes estaban llamados a jugarse el Título. Pero había que vigilar también a los dos hombres de Penske, Will Power y Josef Newgarden, con opciones más remotas.
Se presuponía una carrera dramática entre esos 4 pilotos, en especial entre los dos primeros y la carrera no pudo empezar de peor forma para los intereses de Rossi. El piloto de Andretti haría contacto con su compañero en Andretti, Marco Andretti, en la salida. Dicha acción tendría un amargo desenlace para los intereses de Rossi ya que el piloto americano sufriría daños severos en su alerón delantero y se vio obligado a entrar a boxes para sustituirlo. Empezaba pues, una carrera en la que sería necesaria una gran remontada.
Por tanto, todo se le ponía de cara al kiwi de Ganassi, Scott Dixon, que tan solo debía mantenerse en la segunda posición desde la que empezó la carrera y no tenía obligación de superar a un Ryan Hunter-Reay que lideraba en estos primeros compases de la carrera. Dicha circunstancia se acentuó todavía más tras las primeras paradas en boxes ya que tanto Newgarden como Power perdieron posiciones y rodaban quinto y noveno. Todo iba saliendo a pedir de boca para los chicos de Ganassi.
La remontada estaba resultando una misión imposible para Rossi. Envuelto en tráfico y buscando estrategias alternativas mientras Dixon pilotaba con tranquilidad no fue tarea sencilla. Cerca de la vuelta 30 de las 85 a las que estaba programado el evento, se vio superado por el líder de carrera y de esa forma perdía una vuelta respecto a Hunter-Reay y Dixon, complicando todavía más su recuperación.
En la vuelta 44 se ha abierto la esperanza para Rossi. Graham Rahal se ha quedado tirado con alguna avería mecánica y ello ha hecho que apareciese la primera caution de la carrera. Dicha situación le iba a permitir ganar algo de tiempo, todo ello después de hacer su tercera parada en boxes. La resalida le sentó genial al piloto de Andretti ya que fue superando a sus rivales, remontando desde la vigésima posición, hasta meterse en el top10.
La carrera se iba animando a medida que iban descontando las vueltas. Will Power alcanzó a Scott Dixon y trató de buscar el hueco para adelantarle mientras, por detrás, un Rossi que rodaba quinto tras las últimas paradas en boxes, pero su ritmo era parecido al de su rival por el campeonato y, aun alcanzándole, iba a necesitar un poco de suerte, ya que el adelantamiento no le valía para ser campeón, sino que necesitaba algún tipo de problema para que el piloto de Ganassi perdiese más posiciones.
Pero en las últimas vueltas, Alexander Rossi sufrió mucha degradación en sus neumáticos y no le permitió seguir atacando, sino que incluso perdió la posición con Marco Andretti. Tras las 85 vueltas fue Ryan Hunter-Reay quién ganó la carrera por delante de Scott Dixon que, con este resultado se coronó como campeón de la IndyCar por quinta vez en su trayectoria. Pato O’Ward también tuvo un gran debut al terminar en novena posición.