Previa: La IndyCar comienza un nuevo capítulo en St. Pete

En el año más incierto para el deporte de motor, la IndyCar da este fin de semana el pistoletazo de salida a una temporada con muchas novedades.

Con las medidas de prevención sanitaria reforzadas, la IndyCar empezará, aparentemente, con normalidad. El ya clásico Gran Premio de St. Petersburg dará inicio a la nueva temporada el próximo domingo 15. El evento, considerado el “Mónaco de la IndyCar” por las similitudes con la carrera de Formula 1 en cuanto a trazado y ambiente, será el primero de 17 en un curso con novedades en calendario, parrilla y dirección.

‘El Capitán’ toma el mando

El pasado 3 de noviembre, Roger Penske anunció que había adquirido la IndyCar, así como el Circuito de Indianapolis. Lejos de generar polémica por el hecho de que un propietario del equipo fuese ahora el dueño de la competición, la noticia recibió la aprobación general del paddock. Los cambios realizados por Penske, empresario nato, ya han empezado a llevarse a cabo.

Además de varias reformas destinadas a mejorar y modernizar las instalaciones de Indianapolis, se ha aumentado el premio económico destinado a los ganadores de la Indianapolis 500 de 13 a 15 millones de dólares. En cuanto a la gran carrera, también se ha confirmado un pequeño cambio en el sistema de clasificación. Este año, los pilotos que se jueguen las posiciones de la 31 a la 33 y, por tanto, la participación en la carrera; dispondrán de 75 minutos para completar todos los intentos de clasificación posibles. Anteriormente, estos pilotos en situación límite solo tenían un intento en esta sesión, tal y como le sucedió a Fernando Alonso en 2019, cuando quedó eliminado al clasificar 34º.

Fuera del marco de la Indy 500, Penske tiene planeado acercar a los pilotos al público. Así, todos los aficionados que acudan a cualquiera de las carreras tendrán la oportunidad de conocer a sus ídolos y verlos de cerca. De cara al largo plazo, los planes de la nueva directiva pasan, entre otras cuestiones, por la ansiada entrada de un tercer motorista y la celebración de un evento compartido con la NASCAR, un logro cuyas bases sentó las vueltas de exhibición que completó Josef Newgarden, el vigente campeón, en el roval de Charlotte.

Una parrilla de clase mundial

La nueva temporada también verá la llegada de caras nuevas al campeonato, además de otros que cambian de equipo, o incluso nuevas formaciones. En cuanto a esto último, el cambio más destacado es, sin duda, la llegada de McLaren a la categoría a través de la colaboración con Schmidt Peterson Motorsports.

A raíz de la llegada de los británicos, el equipo cambia de pilotos y de motorista. Chevrolet será el encargado de propulsar los monoplazas naranjas de Patricio O’Ward y Oliver Askew. Se trata de una dupla muy joven, con los dos últimos campeones de la Indy Lights. Askew, campeón del último escalón de la Road to Indy en 2019, será Rookie; mientras que O’Ward disputará su primer año completo después de un 2019 convulso, en el que llegó a ser parte del Red Bull Junior Team.

Este cambio obligó a los anteriores pilotos de SPM a cambiar de equipo. Marcus Ericsson recaló en Ganassi, que amplía su plantel de dos a tres coches, por lo que el sueco, apoyado por la empresa alimentaria sueca Huski Chocolate, no ocupa el hueco de ningún piloto. En cuanto al carismático James Hinchcliffe, el canadiense se vio sin hueco en la parrilla, y se conformará con disputar tres carreras, incluidas las dos en Indianapolis, con Andretti Autosport.

El único piloto que pudo disputarle el título de Indy Lights a Askew, Rinus “VeeKay” van Kalmthout, también da el salto a la categoría. El joven holandés correrá con Ed Carpenter Racing. La formación del piloto-propietario también presenta cambios en el otro coche, el que comparte el propio Carpenter con otro piloto, que este año será Conor Daly. El estadounidense reemplaza a un Ed Jones que deja la categoría para disputar el DTM.

El equipo que se transforma completamente es el de A.J. Foyt. Matheus Leist se queda sin hueco en parrilla después de que Charlie Kimball se haya hecho con el asiento del coche nº. 4. En cuanto al otro vehículo, al nº. 14 que ha pilotado Tony Kanaan durante los últimos dos años, el brasileño seguirá pilotándolo, pero tan solo en los óvalos.

Así, el piloto más veterano de la parrilla da un paso a un lado y deja de disputar la totalidad de la temporada para retirarse definitivamente al final de este año. En el resto de rondas, su coche será pilotado por otro veterano que se ha visto sin un lugar a tiempo completo, Sébastien Bourdais. El francés comenzará la temporada disputando las tres primeras carreras antes de cederle el volante a Dalton Kellett. El canadiense llega a la IndyCar con 26 años y sin ganar una carrera en ocho años en la Road to Indy, por lo que es, presumiblemente, el menos ilusionante de los debutantes.

El lugar que deja libre Bourdais en Dale Coyne Racing será para Álex Palou. España tendrá, por primera vez desde 2012, un piloto a tiempo completo en la IndyCar. Palou llega a la categoría tras ser tercero en su debut en la Super Formula. El catalán ha podido ascender tras varios años estancado en diferentes campeonatos de Formula 3 y ha transmitido buenas sensaciones en los test con el IndyCar, donde ya ha tenido la oportunidad de tomarle el pulso a los óvalos.

Por último, el equipo Carlin llega a St. Pete con los deberes hechos a última hora. A principios de la semana, solo se sabía que Max Chilton correría para el equipo en los urbanos, ruteros y la Indy 500. El martes, no obstante, se anunció que Daly sustituirá al británico en el resto de óvalos y que el coche nº. 31, cuya situación estaba en el aire, será pilotado por Felipe Nasr, que debutará en la categoría.

El resto de equipos se mantienen relativamente intactos. Penske y Rahal Letterman Lanigan Racing mantienen sus alineaciones sin cambios. Lo mismo sucede en Ganassi más allá de la adición del coche nº. 8 para Ericsson. En Andretti Autosport tampoco hay cambios de pilotos. La estructura de Michael Andretti, sin embargo, ha incorporado a sus filas al equipo Harding, que mantiene el coche nº. 88 con Colton Herta al volante. También se ha firmado un acuerdo de colaboración con Meyer Shank Racing, que, por primera vez, disputará toda la temporada con Jack Harvey.

Por el momento, se desconoce si la participación del brasileño, habitual de la IMSA, se extenderá más allá de la ronda inaugural. Los rumores apuntan a que el expiloto de Sauber en Formula 1 compartirá el Carlin con otro brasileño, Sergio Sette Camara, procedente de la Formula 2.

Más allá de los participantes a tiempo completo, hay múltiples calendarios parciales interesantes. Dragonspeed aumenta su participación en el campeonato a seis rondas, y correrá en St. Pete con Ben Hanley. También estará en Florida Dreyer & Reinbold Racing, con el ya habitual Sage Karam a los mandos del Chevrolet nº. 24. Un total de 26 monoplazas, por tanto, tomarán la salida el próximo domingo, más de lo habitual en esta ronda.

En el ámbito de Indianapolis, destaca la participación, con McLaren Schmidt, de Alonso. El asturiano intentará una vez más hacerse con la triple corona tras el fracaso de 2019. También estará en la gran carrera el equipo Citrone/Buhl Racing en colaboración con RLL y con Spencer Pigot, otro que se ha quedado sin lugar en parrilla, como piloto. En Penske, Hélio Castroneves intentará una vez más hacerse con su cuarto Borg Warner.

En la ronda anterior, el GP de Indianapolis en el circuito rutero, se estrenará en la categoría el bicampeón de los Supercars Scott McLaughlin, que disputa la categoría australiana con Penske. Se desconocen, por el momento, los planes para la gran carrera de formaciones habituales en las 500 como Juncos, Scuderia Corsa o Jonathan Byrd Racing.

Indy, el único ‘Superspeedway’ del calendario

Por primera vez desde 2011, el calendario de la IndyCar solo contará con un Superspeedway (óvalo de más de 2 millas de longitud). Evidentemente, este escenario es el Circuito de Indianapolis, que acoge las 500 millas el 24 de mayo. La famosa triple corona de la categoría (tres carreras de 500 millas en óvalos grandes) se desvaneció en 2016, cuando Fontana se cayó del calendario.

Entonces quedaron Indianapolis y Pocono. El trazado de Pennsylvania, polémico por sus condiciones de seguridad y los graves accidentes sucedidos en las últimas ediciones, estaba en duda. Económicamente, la prueba también estaba en declive, y la asistencia había descendido en los últimos años.

Como era de esperar, la prueba cayó del calendario. En su lugar entra un nuevo óvalo corto, el Circuito de Richmond, en el Estado de Virginia. Este evento regresa a la IndyCar tras once años fuera del calendario y se celebrará el 27 de junio, entre Road America y Toronto. La carrera se disputará en el atardecer del sábado, de manera que acabará de noche; tal y como sucede en el resto de óvalos del calendario, salvo Indianapolis. Debido a la diferencia horaria, estas carreras en Europa se disputarán en madrugadas de sábado a domingo.

Más allá de la llegada de Richmond, el calendario no presenta cambios sustanciales. Alabama pasa a ser la segunda ronda, mientras que el Circuito de las Americas será ahora el cuarto evento, el último antes de afrontar el mes de mayo en Indianapolis.

La protección del ‘cockpit’ llega a la IndyCar

Otra novedad destacada de esta temporada es la llegada del aeroscreen, el sistema de protección desarrollado por Red Bull que incorporarán todos los coches y que ya se ha podido ver en los múltiples test que se han celebrado. A primera vista, este elemento es estéticamente impactante.

El aspecto del aeroscreen, tal y como sucedió con el halo, fue criticado por algunos sectores. Es innegable, sin embargo, que algunos equipos han hecho un gran trabajo con la decoración de los monoplazas para minimizar el impacto del aeroscreen. Al fin y al cabo, será cuestión de tiempo acostumbrarse a este elemento y, por supuesto, lo importante es que contribuya a que la competición sea más segura.

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