Cuando creíamos que no le podía suceder nada más a Ferrari, llega el Gran Premio de la Toscana y estalla la bomba.
Mugello es la casa de Ferrari. Son malos tiempos. La escudería del cavallino rampante ha tratado de poner buena cara y centrarse en la celebración del GP 1000 del equipo. Monoplazas vestidos de gala con un rojo sangre imponente y monos decorados para la ocasión. Si pretendían tener un fin de semana tranquilo, nada más lejos de la realidad.
Checo Pérez anunciaba ayer que no continuaría en Racing Point en 2021. Era de suponer que de salir un piloto, sería el mejicano. Stroll, hijo del dueño del equipo (Aston Martin desde 2021) no iba a ser. El motivo de liberar ese volante no era otro que el de hacer sitio a Sebastian Vettel, cuyo fichaje se ha anunciado de manera oficial en el día de hoy, causando un gran impacto mediático.
¿Es ético anunciarlo en plena celebración del que hasta ahora ha sido su equipo? Como decía Pedro de la Rosa, ya nadie respeta los pactos de caballeros. Hay formas y formas. Ésta desde luego no ha sentado nada bien en el seno de Ferrari, que ve como es empañada su celebración para focalizar toda la atención en el piloto alemán y en Racing Point.
Vamos a centrarnos en lo que toca y hablar de Mugello. La gran novedad es que habrá público. Un aforo limitado a 3000 personas. Pirelli ha escogido para este fin de semana los tres compuestos más duros de la gama: C1 (duro-Blanco), C2 (medio-amarillo) y C3 (blando-rojo). Con un asfalto bastante agresivo, se trata de un circuito muy técnico. Luco, Poggio Secco y Materassi son prueba de ello. Mantener la velocidad y reaccionar con precisión quirurgica en Biondetti. Veremos si los pilotos nos ofrecen un buen espectáculo.
Desde luego Merecedes quiere capitalizar los puntos perdidos en el GP de Italia. Dos veces es raro que la escudería alemana se vea en contratiempo de ese tipo. El gran señalado fue Bottas, que una vez más alimenta su fama de piloto blando y que no aprovecha la gran máquina que tiene en sus manos.
Verstappen se deshagó a gusto tras su reciente abandono. No vamos a reproducir los improperios, pero Honda no tiene que andar contenta con la reacción del piloto holandés. Albon sigue sin responder a las expectativas. Tras la victoria de Gasly, más de uno se pregunta por qué no tuvieron con el piloto francés la misma paciencia que con el escudero de Verstappen.
McLaren fue la gran triunfadora del último GP. Un gran puñado de puntos a la saca, que vienen estupendamente para el mundial de contructores. Un 2º puesto de Carlos Sainz que rozó la victoria y un 4º de Norris, que está firmando la mejor campaña de su vida en la máxima categoría.
El golpe de marketing que acaba de dar Racing Point va a hacer que quede en segundo plano lo que consiga en la pista este fin de semana. Lo acecharán de cerca los pilotos de Renault, que el año que viene cambiará de nombre y colores. Pasará a llamarse Alpine y recuperará los tonos azules que tan buenos recuerdos le traen a Alonso con la escudería gala. La suerte está echada, esperemos que pasen cosas que hagan que la emoción vuelva a los aficionados de la F1, como en el pasado GP de Italia.