El ex piloto de Audi en el DTM y ahora piloto en GT’s de Ferrari, Miguel Molina, sigue con su trayectoria deportiva en la que ir añadiendo éxitos. En este caso ha sido en la Pirfelli World Challenge con la que comparte su Ferrari 488 con Toni Vilander. El finlandés es uno de los habituales de la marca italiana en el WEC y alguien con muchos kilómetros a cuestas en lo que a la resistencia se refiere.
Después de la clasificación partían en tercera posición por detrás del Bentley Continental GT que comparten Alvaro Parente y el español Andy Soucek y ante ellos tenían por delante una intensa carrera de 60 minutos por delante. No tardaría Vilander en superar al Bentley de Parente tras la salida y con ello trataría de luchar con el coche que ostentaba la pole, el cual no era otro que el Mercedes AMG GT pilotado por Skeen y Heckert.
Tras los primeros 25 minutos la ventana de paradas en boxes se abría y con ello, Vilander hizo lo propio y cedió el Ferrari a Molina que sería el encargado de adelantar al Mercedes y colocarse en una primera posición que no abandonaría hasta la bandera ajedrezada en una primera carrera en la que les había salido todo a la perfección, algo de lo que no podría presumir el coche de Andy Soucek que cruzó la meta en sexta posición.
“Fui capaz de establecer una diferencia después de la parada en boxes y traté de asegurarme el liderato. La victoria es muy importante para el equipo, especialmente tras lo que pasó la semana pasada a la familia (NdR: La madre y el hermano del propietario del equipo, Remo Ferri, fallecieron la semana pasada). Quiero agradecer a Ferrari Remo Ferri Motorsport por esta oportunidad de competir con el equipo. Es la primera vez que corro con Toni Vilander y mi segunda carrera como piloto de fábrica de Ferrari. Así que, ganar hoy ha sido muy especial para mí”, expresaba el español tras completar la carrera.