Tras un duelo cruzado entre la escudería japonesa y el piloto catalán, Maverick Viñales parece empezar a sentirse contento y a gusto con su M1. Tras el tercer puesto en Alemania, el 25 de la parrilla de MotoGP se ha ido de vacaciones con una buena sonrisa en la cara y asegurando que su máquina empieza a funcionar tal y como a él le gusta. Estoy contento de que Yamaha empiece a funcionar como a mí me gusta. Felicito al equipo porque vamos dando pasos adelante. Empezamos en 2017 arrasando y parece que ahora empezamos a coger el ritmo de antes.
No obstante, no todo son buenas vibraciones. Cierto es que el cambio en sus palabras es notorio, pero sigue sin estar 100% contento. Tras bajarse de la moto en el circuito de Sachsenring, el de Roses aseguró que su talón de Aquiles sigue siendo su mal y poco ritmo en el inicio de la carrera. Lástima que he perdido muchas vueltas con las Ducati, imposibles de adelantar, pero contento con el equipo. Con una buena salida creo que hoy era posible luchar por la victoria.
A demás, los neumáticos siguen siendo el enemigo del de Yamaha; puesto que Viñales piensa y considera que incluso hubiese sido capaz de hacerse con la pole si, durante los entrenamientos de clasificación del sábado, hubiese tenido la oportunidad de usar un neumático blando nuevo. Lastima las primeras vueltas porque no me encuentro con la moto, como si no tuviera neumático nuevo. Hacer la pole con el neumático nuevo delantero hubiera sido posible.
Según declaró para los micrófonos de Movistar MotoGP, debida a la difícil situación que atraviesa en su equipo, ha tenido que variar su estilo de pilotaje. Según Viñales, en concreto, esta modificación se debe a que «las mejoras electrónicas siguen sin llegar«. Estoy intentando mejorar mi pilotaje al 200%. Si la electrónica todavía no llega lo tendré que hacer yo en pilotaje.