Maverick Viñales llega a Holanda con el malestar en el cuerpo. Un Gran Premio donde, por mala suerte, el año pasado se fue al suelo. Viñales sabe que este fin de semana tiene una oportunidad de oro en La Catedral, circuito Yamaha, donde él y la escudería se presentan con un año al pleno de 0 victorias. El vencedor, en 2017, fue su compañero de equipo Valentino Rossi.
El oficial de Yamaha no encuentra explicaciones en su mal funcionamiento dentro del equipo y encima de la moto. Para el catalán, la culpa es de la escudería y de la moto cuando, según explica, no se siente cómodo en ella.
En una entrevista concedida a los compañeros de Marca, Viñales se ha abierto para explicar su situación y sensaciones a los lomos de la M1. Para el de Roses, lleva más de un año sufriendo en el equipo por no poder mostrar y desarrollar todo su potencial.
Yo doy el cien por cien siempre, en cada entrenamiento. Cuando la moto funciona, estoy ahí delante; cuando no funciona, me tengo que aguantar y estar detrás. No hay más. Al final, todos los días doy lo mismo. Es difícil saber lo que sucede en nuestro box. Estamos intentando, por mi parte, estar motivado, fuerte, buscar la solución, trabajar cada día más. Para nada me rindo. Desde que estoy en el Mundial, desde la primera a la última carrera, he luchado al máximo.
A demás, el año pasado Viñales afirmaba que entraba llorando en el box a causa de sus actuaciones en pista. Se autodescribe como una persona muy competitiva y autocrítica que se machaca mucho si algo de lo que hace o decide no le sale bien. Pero igual que el año pasado, el 25 de MotoGP afirma que sigue llorando en el box porqué éste está siendo un año de sufrimiento.
Lo sigo haciendo. Al final, soy una persona muy competitiva, mucho. Sé el nivel que tengo, sé dónde puedo estar. Yo conmigo soy muy realista, muy autocrítico. Si lo hago mal, lo hago mal; si lo hago bien, lo hago bien. Si lo hago mal, me machaco mucho. Si lo hago bien, también porque me da rabia saber el nivel que tengo y estar ahí séptimo, luchando con motos que no son de fábrica. Es difícil.
Con tantas respuestas donde afirma que él es el que está al 100% en cada momento, la siguiente pregunta se plantea sola: ¿qué papel está haciendo el equipo a todo esto? La respuesta de Viñales, como era de esperar, es clara y sin pelos en la lengua. A su parecer, el equipo no lo da todo; a diferencia de él que, como dice, se esfuerza en poder darlo todo en la carrera y poder luchar con las motos de fábrica por los primeros puestos en vez de estancarse en posiciones más retrasadas para luchar con las motos satélite.
En ciertos momentos, el equipo no lo ha dado todo. Ha faltado suerte. Es, también, un poco a causa de la situación. Es muy difícil para una persona dar el máximo cuando pasan tantas carreras y siempre es el mismo problema: son los neumáticos de carrera. Los entrenamientos lo hacemos bien. Cuando las cosas van bien, es muy fácil: todos damos nuestro 300 por cien. Se ve cuando las cosas van mal: es cuando se ve realmente a las personas y cuando la gente da el máximo o se rinde. En ciertos puntos ha costado mantener la concentración y la motivación. Como el año pasado, cuando veías que se nos escapaba el Mundial. Es muy difícil.
Viñales ha sido claro en sus declaraciones y ha mostrado una vez más, la tensa relación que hay en el box. Hasta el punto de querer hacer un «plan renove» con la gran mayoría de sus mecánicos. Hoy por hoy, Viñales espera un golpe de suerte para poder luchar por lo más alto. Aunque en alguna situación ha asegurado que le encantaría tener la misma moto que Márquez.