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La última cabalgada del ‘Comecocos’

Garriga a Paul Ricard el 1988

Joan Garriga ha muerto después de no superar las heridas que le provocó un accidente de moto este pasado lunes. El piloto fue uno de los mejores motociclistas catalanes de la década de los ochenta y principios de los noventa, con una vida llena de altibajos.


Cuando parecía que Joan Garriga (Barcelona, 1963-2015) volvía a enderezar su vida, un accidente de tráfico acabó con su vida ayer jueves en el Hospital Clínico de la ciudad Condal. ‘Boeing’, uno de los apodos por el que era conocido el barcelonés, fue uno de los mejores pilotos españoles de motociclismo de la década de los ochenta y principios de los noventa.

Con cuatro títulos de campeón de España, dos en 250cc (1984-87), uno en 500cc (1986) y otro de resistencia (1984), Garriga debutó en el campeonato del mundo de motociclismo con Yamaha en 1984, donde acabó en decimocuarta posición en el GP de Yugoslavia. Este mismo año ganaría su primera carrera de las 24 horas de Montjuïc con Ducati, título que también se llevaría las dos siguientes temporadas.

Un año después se integraba en el equipo JJCobas con el que acababa en la 18ª posición final después de conseguir dos séptimas posiciones en Austria y Bélgica como mejores resultados. El año siguiente participaría en la categoría reina de la mano de la marca italiana Cagiva, a pesar de que sus resultados con los de Varese no fueron los deseados, con seis abandonos en 11 carreras y una octava posición en el GP de España como resultado más destacado.

En el 86 empezaría el idilio entre Garriga y el equipo Ducados-Yamaha con el que conseguiría sus mejores éxitos. ‘Comecocos’ volvía al cuarto de litro y marcaba su primer podio mundialista a la segunda cita, el GP de España y más tarde en Portugal, subiendo al segundo peldaño del podio y acabando el mundial en 11ª posición, viendo como otro catalán quedaba subcampeón de la categoría: Sito Pons.

Garriga siempre será recordado por su rivalidad con Pons, una tensión que acaparaba las portadas de las revistas especializadas, como la famosa foto de Motociclismo donde los dos pilotos salían jugando una partida de ajedrez –foto que se hizo en dos tandas para no hacer coincidir a ambos- o la imagen donde los dos ‘enemigos’ tiraban de una cuerda con lo numero 1 en el centro.

Esta foto, de 1988, recreaba de manera gráfica la rivalidad entre los pilotos de Yamaha y Honda, en una temporada donde Garriga quedaba segundo por detrás de Pons en el mundial de 250cc y dónde conseguiría sus únicas tres victorias mundialistas (GP Expo 92 en Jerez, Assen y Checoslovaquia).

“El enfant terrible” del motociclismo catalán ya no conseguiría ninguna victoria más, acabando octavo al 1989 en 250cc después de un pésimo rendimiento de su montura, con una carencia de prestaciones más que relevante.

En 1990, ‘Boeing’ volvía en medio litro donde seguiría durante tres temporadas con Yamaha, con una sexta posición final y dos séptimas en los dos años posteriores.

1993 fue el año del salto al mundial de Superbikes después de que Tabacalera dejara de patrocinar a su equipo. Ducati le hacía una oferta para participar en el campeonato, donde, con discretos resultados empezó su declive profesional de manera muy peligrosa. Fue la época donde empezó el flirteo con las drogas, una de las peores etapas de la vida del que había sido uno de los más impulsivos y carismáticos pilotos mundialistas.

Garriga tocaba fondo. Involucrado en asuntos de dudosa legalidad –falsificación de moneda o tráfico de drogas entre otros- la opinión publica lo olvidaba para siempre jamás. En 2003 era condenado a 2 años de prisión por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, a pesar de que no llegó a cumplir la pena a cambio de su rehabilitación y de trabajar como monitor en el circuito de Almería.

Su pesadilla no acababa aquí y en 2013 era ingresado en el Hospital de la Vall d’Hebrón, después de ser desahuciado de la casa donde vivía en Vallvidrera y perdiendo casi todo sus efectos personales. Dos infartos hacían peligrar la vida del antaño as de la velocidad.

Curiosamente el otrora máximo rival, Sito Pons, era quien denunciaba la situación de penalidades por la que pasaba el barcelonés y quien se comprometía a ayudar a salir adelante a Garriga.

El último acto público del eterno ‘Comecocos’ fue este mismo años en el World GP Bike Legends celebrado en el circuito de Jerez, donde participó con su Ducati. Poco más se supo desde entonces de él, hasta que el pasado lunes sufría un accidente de tráfico a las 20:30 h con su némesis: la moto. Poco antes Mediaset estrenaba el documental ‘La última vuelta’ basado en la rivalidad entre Pons y Garriga.

El ‘noi de Vallvidrera’, que empezó a pilotar con 12 años –cuando le robó la moto a su hermano para conducir por la Arrabassada- nos dejaba ayer a las 16:30 con 52 años, después de no superar el post-operatorio tras las lesiones producidas por el accidente, cerrando así la leyenda de un piloto que hacía levantarse del asiento a todos los aficionados a las motos.

Descansa en paz ‘Comecocos’.