OPINIÓN. Gran decepción este fin de semana para los aficionados al motociclismo. Día, lamentablemente, histórico: el Gran Premio de Silverstone cerraba sus puertas a la competición tras un desastre en la pista del circuito. A consecuencia de la meteorología, la pista no drenaba el agua cerrando así la puerta a cualquier posibilidad de poner una moto sobre la pista. Incluso el Safety Car era víctima del aquaplaning.
Pues bien, después de la mala y vergonzosa organización del trazado inglés, que se supone que debe ser el más llano del mundial debido a que está construido sobre un aeropuerto militar de la Segunda Guerra Mundial, los responsables del desastre se han lavabo bastante las manos. Tan solo una pequeña rueda de prensa el domingo para anunciar la suspensión del evento fue suficiente para ellos.
Pero el drama no termina aquí. Quienes han dado la cara y han pedido reiteradamente perdón a los aficionados han sido ni más ni menos que los propios pilotos de MotoGP. Pilotos que, a través de sus redes sociales y/o videos, han querido disculparse con todos los aficionados a este deporte; especialmente con los asistentes al circuito de Silverstone que abonaron su entrada para ver llover.
Tales como Marc Márquez, Jorge Lorenzo o Álex Rins entre otros, son los pilotos que a través de los stories de Instagram, que sólo duran 24 horas, de la página oficial de MotoGP (@motogp) y de Facebook se han lamentado. Incluso Jorge Lorenzo consideró necesario colgar el video en sus páginas oficiales de Facebook, Instagram y Twitter.
https://twitter.com/lorenzo99/status/1034117765869830144
En otras palabras: los que no tuvieron ninguna culpa ni responsabilidad sobre lo ocurrido han sido los que más se han disculpado. En cambio, todavía no hemos visto a nadie de Dorna, la FIM o de IRTA pidiendo públicamente perdón tantas veces a través de vídeos en sus redes sociales o el las vías oficiales de MotoGP. Tan solo el director del circuito, aunque ni tan solo eso, ya que no quiso hacer caso de las críticas que se le presentaron.
Esto todavía hace más lamentable lo ocurrido. ¿En qué cabeza cabe que deben ser los pilotos los encargados de dar la cara? ¿Por qué ningún directivo de la FIM, Dorna o IRTA ha salido tantas veces a pedir disculpas? ¿Por qué nadie acepta la culpa, aunque todo el mundo es muy bueno para responsabilizar a otros?
Cuando la valentía en reconocer hechos erróneos desaparece, pero se manifiesta para colgarse medallas reiteradas significa que algo está yendo muy mal. Cuando la organización miente a las cámaras y los equipos son los encargados de decir que las cosas no han sido como se cuentan, significa que algo está yendo muy mal.
Cuando los responsables de estos desastres no dan la cara pero hacen que sean lo pilotos quienes deben acarrean con la responsabilidad, significa que algo está yendo muy mal. Cuando una organización no es capaz de controlar y/o investigar las modificaciones que se están haciendo en un circuito, significa que algo está yendo muy mal.
Cuando los propios pilotos de Fórmula 1 avisan que la pista no está en condiciones para rodar con la MotoGP y nadie se preocupa de ello hasta el día del desenlace final, significa que algo está yendo muy mal. Y cuando la organización no es capaz de tomar medidas drásticas y urgentes para que esto no vuelva a ocurrir, significa que algo está yendo muy mal.