En Fórmula 1 cada detalle cuenta, nada se deja al azar. Uno de los puntos donde se puede conseguir un aumento del rendimiento es en el sistema de los escapes. En diferentes épocas han tenido un papel protagonista. Ahora la FIA aplicará restricciones para reducir costes y seguir igualando la parrilla.
Para entender su importancia debemos echar la vista atrás. Los escapes han sido protagonistas principales en algunas épocas.
1983: El origen del difusor soplado.
En 1983 se prohibió el uso del efecto suelo y Renault, para compensar la pérdida de carga aerodinámica, diseñó los escapes soplados. La idea consiste en dirigir el flujo de gases del tubo de escape al difusor.
Con ello se mejoraba la succión generada por el difusor, acelerando el aire que circulaba bajo el fondo plano, consiguiendo un aumento de la carga aerodinámica.
Pero toda gran idea tiene sus desventajas. Cuando el piloto hacía uso del acelerador los gases salían y tal efecto funcionaba correctamente. Sin embargo, cuando el piloto frenaba desparecía este flujo de gases y la carga que genera. En esos momento el coche se volvía inestable, difícil de conducir.
Además, llevar los tubos de escape a la zona trasera del monoplaza requería aumentar la longitud del mismo y perder potencia del motor. Por estos motivos fueron muchas las estructuras que descartaron aplicar este sistema.
2010: Adrian Newey reinventa el difusor soplado.
En 2010, Adrian Newey recuperó esta idea para implantarla con éxito en los Red Bull que dominaron hasta 2013. Para evitar los problemas de estabilidad cuando el acelerador no era accionado, Red Bull con su entonces motorista Renault diseñaron un mapa de motor que mantenía constante el flujo de gases.
Newey utilizó este sistema aprovechando un vacío legal que pronto la FIA corrigió, obligando a elevar los escapes, alejándolo del difusor.
2018: Renault inclina los escapes sin éxito.
Por último, en 2018 Renault inclinó los escapes en dirección al alerón trasero. No obstante este sistema no consiguió los resultados del antiguo difusor soplado y muchos equipos prefirieron no copiar la idea de los franceses.
Desde entonces hasta la actualidad, la única oportunidad de mejorar el rendimiento en el área de los escapes ha sido sustituir las piezas con mucha frecuencia y utilizar materiales que permitan reducir el peso y mejorar el rendimiento.
Esto ha hecho que las grandes estructuras destinen mucho presupuesto a la investigación y desarrollo de estos materiales con mejores características. Además, la posibilidad de sustituir las piezas libremente también ha elevado los costes.
Sin embargo, a partir de 2021 la FIA considerará los escapes como parte de la unidad de potencia y se regirán por el mismo sistema de penalizaciones que esta. Ello, sumado al aumento del peso mínimo del coche y de la unidad de potencia evitará que los equipos trabajen para bajar unos gramos y ser más rápidos.
Esta restricción no permitirá que los equipos se excedan investigando y desarrollando en un área muy costosa y que reporta pocos beneficios en pista.
En definitiva, los equipos buscan siempre las grietas del reglamento y los escapes han sido durante mucho tiempo un área donde investigar y sacar ventaja sobre el asfalto, siempre con el objetivo de ser el más rápido.