En esta nueva entrega de La Telemetría analizamos un término muy habitual en competición, sobre todo en Fórmula 1, el aire sucio y su antagónico, el rebufo. Así cambiarán estos conceptos con la entrada del nuevo reglamento
En primer lugar debemos saber que el aire se opone al avance de cualquier sólido ofreciendo una fricción que este debe superar. En Fórmula 1, al perseguir a otro monoplaza, esa fricción es mayor resultando más complicado mantener la velocidad habitual.
Un monoplaza de Fórmula 1 está diseñado para ser eficiente en ‘aire limpio’, aquel que se encuentra en su estado natural sin haber sido alterado. Es decir, el coche ‘atraviesa’ el aire modificando su trayectoria original y generando turbulencias a su paso que antes no existían.
Si esas turbulencias, son atravesadas por otro coche que sigue la estela del primero, verá afectado su rendimiento. Se trata de un efecto que dura unos instantes ya que el aire tiende a recuperar su ‘forma’ original de forma espontánea.
Generación de turbulencia (aire sucio) al coche perseguidor.#F1 #Formula1 #TecnicaF1 #TechF1 pic.twitter.com/JL3NL2TtKb
— José Ant. Fernández (@WinfieldF1) March 4, 2018
Consecuencias de sufrir aire sucio
Un Fórmula 1 está diseñado para ser rápido en ‘aire limpio’, sin embargo durante una carrera puede llegar a perseguir a su rival durante mucho tiempo y cerca de él. En esos momentos, el perseguidor está sufriendo el ‘aire sucio’ o turbulencias, que genera el coche que le precede.
Esto afecta de manera significativa al rendimiento del monoplaza. En primer lugar, será muy difícil mantenerse cerca del rival en curva rápida. Es en ellas cuando se genera más carga aerodinámica, lo que repercute de manera directa en la creación de más turbulencias como veremos a continuación.
Además de dificultar la persecución del rival, los neumáticos se desgastarán más rápido de lo normal, algo que puede afectar de forma significativa a la estrategia de carrera.
En caso de no poder efectuar el adelantamiento, lo mejor será dejar un margen de unos dos segundos con el piloto que le precede. Ese espacio será suficiente para que el aire recupere su estado original, evitando el aire sucio generado por el primer monoplaza.
Más carga aerodinámica genera más aire sucio
El aire sucio aumenta de acuerdo con la carga aerodinámica que un monoplaza tenga. La carga aerodinámica o downforce es la fuerza con la que un coche se tiende a adherirse al asfalto. Cuanto más ‘pegado’ esté del asfalto más rápido será en curva pero más lento en recta.
Así, los equipos suelen incorporar kits aerodinámicos con más carga en los circuitos donde predominan las curvas medias y rápidas mientras que prefieren reducir carga en aquellos trazados con largas rectas.
En circuitos como Silverstone o Suzuka, donde hay sectores con curvas rápidas consecutivas, los equipos preparan un set up con mucho downforce. Esto hace que el aire sucio creado sea mucho mayor haciendo más difícil seguir a otro monoplaza de cerca.
Entonces, ¿qué es el rebufo?
Por otro lado, vemos que en carrera, los monoplazas se mantienen en la estela de su rival hasta el momento del adelantamiento. ¿No estarían sufriendo aire sucio?
Para responder a esta pregunta debemos entender el comportamiento del aire. Si bien hemos dicho que un sólido modifica el aire a su paso, esto no siempre es contraproducente.
Al chocar con el aire en primera instancia este está a alta presión mientras que a su paso, el coche deja el aire modificado a baja presión, un fenómeno que sucede justo detrás del monoplaza. En esa zona, las partículas de aire van a menor velocidad lo que se traduce en menor resistencia del aire y más facilidad del monoplaza para ganar velocidad.
Sin embargo, es muy difícil que un coche pueda aprovechar este efecto, ya que solo se produce justo detrás del monoplaza. Por tanto lo habitual será sufrir las consecuencias del aire sucio.
Cambios con el reglamento de 2022
En los últimos años ha sido evidente la dificultad para adelantar. Los monoplazas actuales generan mucha carga aerodinámica, lo que les hace ser más rápidos pero dando menos espectáculo.
Con el objetivo de aumentar la acción en carrera, la FIA ha elaborado un nuevo reglamento que entrará en vigor en 2022. Aunque la unidad de potencia, de la que hablamos en la primera entrega, apenas se verá afectada, el paquete aerodinámico del monoplaza sí cambiará de manera radical. Todo ello con el objetivo de reducir la creación de aire sucio, lo que permitirá seguir a otro monoplaza de cerca.