En la primera jornada del test de pretemporada de Moto GP en el circuito Ricardo Tormo de Valencia, Jorge Lorenzo se subió por primera vez a la Honda con la que correrá a partir de la próxima temporada.
Pese a que Maverick Viñales y Yamaha fueron los grandes dominadores de la sesión, todo el protagonismo se centró en la figura de Jorge Lorenzo. Tras dos temporadas de altibajos en Ducati, el mallorquín se estrenó con el Repsol Honda Team con la nueva Honda RCV213V 2019 y trabajó por primera vez con el nuevo equipo técnico que le acompañará en la marca japonesa.
Lorenzo rodó con una moto y un mono totalmente negros con el número y algunos detalles rojos. Aún no puede mostrar los colores del Repsol Honda Team ya que su contrato con Ducati no expira hasta finales de este año y le impide lucir publicidad de otras marcas. Este motivo tampoco le permite hacer declaraciones a los medios de comunicación hasta que empiece oficialmente la nueva temporada.
La lluvia volvió a hacer su acto de presencia en el inicio de la jornada y, como la mayoría de pilotos, el español optó por esperar a que las condiciones meteorológicas mejoraran. Su primera salida a pista no llegó hasta el mediodía, sobre las 13:00, y despertó mucha expectación enfrente del box del Repsol Honda Team, que se llenó de fotógrafos y cámaras.
Lorenzo completó un total de 30 vueltas antes de que a primera hora de la tarde empezara otra vez a llover. La 18ª posición al final de la sesión demostró que el piloto balear aún no está recuperado de la lesión que le impidió correr en cuatro de las cinco últimas carreras del mundial y rendir a su máximo nivel el pasado domingo.
En su mejor giro, paró el crono en 1.32.959, quedándose a más de 1 segundo y medio del mejor tiempo marcado por Maverick Viñales. El mallorquín fue, además, la peor Honda de la sesión rodando 1.2 segundos más lento que Marc Márquez y a 0.9 de Stefan Bradl y a 0.4 de Takaaki Nakagami, lo que demostró que tiene mucho trabajo por delante este invierno.