La primera de las carreras empezaba con dos claros focos de atención, las remontadas que tenían que protagonizar Sam Bird y Jean-Éric Vergne tras la mala clasificación. En especial en el caso del británico que estaba obligado de recortar la diferencia de puntos para llegar con buenas opciones de cara a la carrera del domingo y, sobre todo, evitar que Vergne se proclamase campeón de forma anticipada, lo cual nunca antes había sucedido en la Fórmula E.
En un principio fue Bird quien empezaba con buen pie, remontando de una mejor forma, pero la gestión de energía de los Techeetah estaba siendo mejor, algo que podía tener un impacto importante en términos de estrategia. Mientras tanto, Lucas di Grassi, también estaba remontando y se iba acercando a los puestos de cabeza, donde estaba su compañero de equipo, Daniel Abt, liderando la prueba.
Los DS Virgin se iban estancando en tráfico y la mala gestión de la energía haría que los Techeetah, liderados por Andre Lotterer, no solo los atrapasen, sino que también dieran buena cuenta de ellos antes de que llegase el cambio de monoplaza a mitad de carrera. La cosa se iba complicando en gran medida para un Sam Bird que necesitaba reaccionar y no parecía poder hacerlo.
Precisamente en los cambios de coches fue Felix Rosenqvist quien se quedaba clavado en la calle de boxes sin poder reintegrarse en la carrera. Di Grassi seguía con su remontada y no tardaría en adelantar a Daniel Abt para tomar el liderato. El doblete estaba en sus manos y se vivieron algunos momentos de tensión cuando el alemán trataba de recuperar la primera posición que le había sido birlada.
Las órdenes de equipo llegaron a Techeetah y Lotterer permitió que Vergne le adelantase a medida que iban progresando en la clasificación. Tanto fue así, que el francés se situaba en una confortable cuarta posición tras adelantar a Dillmann mientras Bird se mantenía en décima posición, resultado que coronaba al francés. Una vez más, era absolutamente necesaria una reacción del piloto de DS Virgin.
Pero un accidente de su compañero, Alex Lynn daba un inesperado giro de los acontecimientos. Tuvo que salir el coche de seguridad ya que el coche había quedado en medio de la pista e iba a necesitar recuperar 2 posiciones para mantener sus opciones de cara a la jornada dominical. Desafortunadamente para él, solo fue capaz de ganar una posición tras la relanzada y, por consecuencia, Jean-Éric Vergne fue coronado campeón del campeonato de pilotos tras la finalización de la carrera. El primero en la historia de la Fórmula E en hacerlo de forma anticipada.