Tras una temporada de roces y conflictos entre Senna y Prost, las dos máximas estrellas de la F1 por aquel entonces, se llega a la carrera donde se puede decidir el campeonato. Por lo que sentimientos y nervios se ponen a flor de piel.
Jean-Marie Ballestre, presidente de la FIA de 1985 a 1993, echó más leña al ya flamante fuego. Pidió igualdad para los dos pilotos en las dos carreras que quedaban al motorista, Honda.
Insinuando que se podía dar la circunstancia de que los japoneses se decantasen del lado de su niño bonito, Senna. Y no quería que se cometiera una injusticia con su compatriota, Alain Prost.
Los dos pilotos tenían ya un clima complicado de mantener dentro del equipo, a causa de sus fuertes personalidades. Ambos se intentaban evitar y cuando no podían hacían de tripas corazón.
Con todo lo que revoloteaba y el ambiente que se respiraba a la llegada a Suzuka para disputar la penúltima prueba del campeonato hizo que el líder del mundial hiciese unas fuertes declaraciones: “Si se me cuela por un camino forzado, esta vez no abriré las puertas…” Parecía un visionario.
CARRERA
El sábado el mejor crono fue para el brasileño pero el domingo, ya en la carrera, Alain se puso primero en la primera curva. Y estuvo manteniendo toda la carrera a su compañero de equipo detrás de su alerón, mientras este intentaba buscar el hueco en cualquier curva.
Al llegar a la vuelta 47, tras rodar a menos de un segundo y varias intentonas, Senna le lanza el coche en la chicane. Prost cumple su palabra y le cierra el hueco cuando el morro del brasileño ya estaba por delante del suyo.
Prost muy cabreado se baja de su coche lanzándole una mirada furiosa mientras este mueve los brazos para que los comisarios le ayuden a volver a pista.
Lo consigue pero con el alerón delantero roto. Por lo que le toca pasar por boxes. Sale a 10 segundos y a falta de 5 vueltas del nuevo líder, el Benetton de Nannini.
En la primera vuelta le recorta 5, aunque se salta la chicane. Pero en la siguiente está justo detrás del piloto italiano.
En la vuelta 52 se hace con el liderato y acaba la carrera con 3 segundos de ventaja.
CONSECUENCIAS
Una vez acabada la carrera, Ron Dennis informa al brasileño de su inmediata descalificación por decisión de la FIA por haber vuelto a pista con ayuda externa y haberse saltado la chicane.
Senna habiendo perdido sus opciones al campeonato se enfurece contra Ballestre, el cual creía que había actuado a favor de Alain.
Lo más rocambolesco de esta historia es que el equipo McLaren apela la decisión de la FIA, por lo que estaba yendo en contra de su nuevo campeón del mundo.
La apelación fue desestimada, por lo que Prost era campeón del mundo pero con un sabor amargo. Su equipo se había mostrado en contra suya.
Al final de temporada abandonaría la escudería poniendo rumbo hacia Ferrari.