La marca catalana de motocicletas vive momentos convulsos después del anuncio de la liquidación de la empresa
Desde 1985, la marca catalana Gas Gas ha dedicado su capacidad industrial y sus esfuerzos a la fabricación de modelos de trial, enduro i quads, con un liderazgo mundial indiscutible en el sector del trial.
Atrás quedan los años en que Catalunya y España eran referente industrial en el mundo de las dos ruedas, con Montesa, Bultaco, Ossa, Sanglas, Derbi y Mototrans como empresas líderes en el mercado y en la cresta del motociclismo de competición. A la sombra de los grandes nombres y como herencia directa de la recién reaparecida Bultaco, la marca de Salt nacía hace 30 años con la intención de llenar el hueco dejado por las marcas decanas, y de la mano de dos agentes comerciales, Narcís Casas y Josep Pibernat -importadores de la extinta marca lombarda SWM- empezaban la producción, de la que con el tiempo se convertiría en marca de referencia.
Tras 30 fructíferos años de producción, la marca gerundense presentaba el pasado 27 de marzo tres expedientes de regulación: de suspensión, reducción salarial y extinción. Un mes más tarde, presentaba el concurso de acreedores, tras la incapacidad de encontrar un socio inversor y a finales de junio los socios inversores pedían el concurso de liquidación al no poder afrontar con garantías una deuda de 30 millones de euros, en lo que era denominado por el Comité de Empresa en un comunicado como
“una estrategia llevada por parte de los socios de una manera nefasta para la marca, con el único fin de proteger sus intereses”.
El cierre dejará en la estacada a 93 trabajadores directos, más casi 400 indirectos según informan portavoces de la plataforma “Salvemos a Gas Gas”, una iniciativa surgida de la mano de aficionados y clientes de la marca, a raíz del anunciado cierre y que pretende informar y ayudar con su página web http://salvemosagasgas.webnode.es/ desde una perspectiva externa al conflicto laboral.
Según las declaraciones del citado colectivo a Formularapida.net,
“el cierre de la marca era la crónica de una muerte anunciada que se veía venir desde hace tiempo”
y es que una dudosa gestión por parte del grupo inversor israelí que adquirió a principios del 2013 el 70% del accionariado de la compañía, no hacía presagiar nada positivo a los trabajadores de la empresa.
Fuentes consultadas de la empresa declaraban para esta página web que
“tenemos esperanzas muy fundadas de que en septiembre, cuando la marca salga a subasta, tendremos inversores muy potentes interesados en rescatar a Gas Gas. Lo que hasta ahora se ha comentado en los medios no es más que humo, historias inventadas por los antiguos socios, pero nada concreto”.
Por el momento, la marca está procediendo a la venta de la unidad productiva y de todo el recambio acumulado para poder subsanar las nóminas atrasadas de los trabajadores, después de haberse deshecho del stock acumulado de motocicletas. También se está realizando la memoria y el data room de la empresa, dirigida por el administrador concursal Julio Ichaso, designado judicialmente para tal efecto y que sustituye en el cargo a Ramón Fuente, antiguo CEO de los gerundenses.
Con la caída de Gas Gas, y por tanto también de Ossa, marca anexionada hace algo más de un año por los gerundenses, Catalunya se queda sin un exponente propio en el motociclismo de competición, y como es evidente, la desaparición de la factoría ha provocado la desarticulación del equipo de competición en el que Adam Raga y Arnau Farré en trial y Jonathan Barragán en enduro, lucían los colores de la marca.
“Después de siete meses sin producción hemos dado todo el recambio y las motos a nuestros pilotos para que puedan seguir en sus campeonatos -han declarado desde fuentes cercanas a Gas Gas- pero ahora son ellos los que deben buscarse el patrocinio para poder continuar”.
Una ardua tarea que Raga –por citar un ejemplo- ha sabido desempeñar, llegando a ganar las tres últimas pruebas del mundial, desbancando a Toni Bou que había conseguido las nueve anteriores de manera consecutiva. El de Ulldecona, tres veces campeón del mundo outdoor y cuatro indoor, subsiste en competición gracias a la ayuda de patrocinios externos.
En la red existen distintas iniciativas para conseguirlo, como la ya citada web “Salvemos a Gas Gas”, desde donde se están realizando acciones entre los aficionados de la marca para conseguir la “moto soñada por los aficionados a través de formularios en nuestra web” o la página de Facebook que el Comité de Empresa de la factoría “Gas Gas vol produïr i no morir” ha puesto a disposición del público para seguir la actualidad del proceso.
Este es el declive del sueño de una empresa catalana, que afortunadamente no quiere quedar aquí, ya que tanto trabajadores, empresa y aficionados están haciendo lo imposible para lograr reflotar la prestigiosa marca de Salt.
#salvemosgasgas