Hoy venimos a hablar de un papel que no sale en portadas, no sale en titulares y que últimamente no están ya casi ni en los circuitos. Pero siguen formando parte de los equipos. El piloto probador.
El rol de los terceros pilotos ha cambiado en estos últimos años. Unos años de trance, en los que se ha producido un cambio de escenario, de la pista a los simuladores.
El avance tecnológico es imparable, y la F1 siempre ha sido referente. Las mejoras de los simuladores y de los archivos CFD han producido que los equipos ahorren millonadas en poner sus coches en pista.
Quedan lejanos ya los años de principios de los 2000 donde Ferrari rodaba casi 200 días al año en Fiorano. De esos 200 días la cifra se ha reducido, y no poco. La cifra es paupérrima. Únicamente 3 días de test generales en la que los equipos tienen que llevar todos los deberes hechos de casa.
La reducción tan considerable ha desencadenado en la desaparición del piloto probador o el que era tercer piloto. Al rodar tan poco, los equipos se centran en que sus pilotos titulares pasen el mayor tiempo posible por no decirlo todo. Algo lógico y normal si fuésemos CEO de una multinacional.
La situación de los pilotos probadores llegó hasta tal punto que en 2022, la FIA obligó a dedicar al menos un par de sesiones para los jóvenes pilotos. Allá quedan los viernes en los que De la Rosa disputaba varias pruebas de libres por GP y todos lo teníamos normalizado.
Pero al final es adaptarte a los nuevos tiempos y los nuevos tiempos pasan por pasar horas y horas en el simulador. Y pese a que no los veamos detrás del volante el papel de pilotos como Drugovich, Schumacher o Doohan están constantemente en las fábricas.
Los tiempos como en todos los sitios cambian y la F1 no se mantiene al margen.